Txindorra ehiza elkartea de Urdaibai reclama que se revoque la prohibición de la actividad cinegética en el bosque de Tribis en Bermeo.
La prohibición de la actividad cinegética en los montes del barrio Arronategi de Bermeo «no es competencia municipal», aseguraron ayer desde el Ayuntamiento de la villa en referencia a la demanda formulada recientemente por los miembros de Txindorra ehiza elkartea de Urdaibai para que el Consistorio no prohiba esta actividad en la zona de Tribis. «Es materia del servicio de Caza y Pesca de la Diputación», puntualizó la concejal de Medio Ambiente, Irune Ormaetxea.
Sin embargo, el Ejecutivo localse muestra favorable a la medida, que al parecer está previsto que se aplique a partir de este año. El Consistorio costero subraya que el monte atlántico de Tribisburu, área de más de 50 hectáreas de extensión en la que hasta ahora se permitía la caza, «atesora un gran valor natural, se incluye en el catálogo de montes de utilidad pública de Bizkaia del departamento foral de Agricultura y cuenta con el máximo nivel de protección medioambiental».
La Sociedad de Ciencias Aranzadi, en su momento, «también destacó su importante valor ecológico junto con otras áreas de especial valor como el acebal de Madariago que por desgracia está destruído», lamentó Ormaetxea. Representantes de la asociación Txindorra, por contra, han manifestado en defensa de su actividad que en Arronategi «la caza se ha ejercido siempre de manera regulada y reglada y, por ello, no se ha visto perjudicada la biodiversidad del bosque», insisten. Consideran que «todas las actividades que se llevan a cabo en ese entorno son compatibles».
En su petición, avalada por más de 800 firmas de adhesión, Txindorra recorda también a la Administración costera que «las pistas y los caminos del entorno de Arronategi se mantienen practicables precisamente gracias a los cazadores y a los agricultores». Además, advirten que la prohibición de cazar en la zona «tendrá efectos negativos en las áreas rurales más cercanas, ya que la caza regula la población de corzos y jabalíes que tanto daño provocan a nuestros baserritarras». Desde el Ayuntamiento de Bermeo, por contra, abogan «porque se garantice el uso público y la sostenibilidad de ese espacio protegido».