La Diputación de Barcelona, la Federación Catalana de Caza y el Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural de la Generalitat, han firmado un protocolo para implementar una serie de medidas para incrementar la seguridad en las redadas de caza que se realicen en espacios de la Red de Parques Naturales de la Diputació de Barcelona.
El convenio afecta al conjunto de espacios naturales de las comarcas de Barcelona y la Cataluña Central como son los parques naturales de Collserola, Sant Lllorenç del Munt y l’Obac y el Montseny, los parques del Garraf, Olèrdola y el Foix, Cordillera de Marina, Cordillera Litoral, Montnegre y el Corredor y Montesquiu, así como el espacio natural de las Guilleries-Savassona.
El objetivo del convenio es conseguir que las redadas sean más seguras, tanto para las personas cazadoras como para el resto de usuarios, así como replicar estas medidas a otras redadas que se realicen en otros espacios naturales del resto del país.
El acuerdo incluye varias acciones, algunas de las cuales ya están funcionando por iniciativa de los parques y de los cazadores, que incorporarán a las tres entidades firmantes como son dar información anticipada a todos los usuarios de la organización de las redadas en las zonas determinadas, señalización de los accesos, presencia de personal informador en las áreas donde se realiza la redada y su divulgación a través de las redes sociales. El acuerdo también incluye la planificación de las redadas fuera de los lugares más concurridos así como la promoción de buenas prácticas de la caza, dignificar las piezas y fomentar el componente gastronómico de la caza.
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La caza en espacios naturales protegidos
En los espacios naturales protegidos conviven una serie de usos tanto tradicionales como de nueva creación. El atractivo de estos ecosistemas conlleva a un número importante de visitantes, algunas épocas del año y especialmente durante la temporada de caza, que va de septiembre a marzo, que hace necesaria una regulación.
El uso de armas de fuego obliga a extremar al máximo las condiciones para evitar graves consecuencias que puedan ocurrir cuando otras actividades organizadas o libres se realizan a la vez. Las personas cazadoras, conscientes del peligro que entraña un mal uso de las armas de fuego, tienen la obligación de adoptar medidas de protección para evitar accidentes. El resto de usuarios del medio natural también deben conocer la señalización que les avisa de una redada y respetarla para evitar acceder a ella.
La información previa de las redadas de caza mediante las páginas web de los parques naturales, los avisos en los puntos de información y las herramientas de las redes sociales, es necesaria para evitar confluencias así como poder programar las visitas por adelantado.
La caza, una herramienta para controlar la población de jabalíes
La caza, durante el período hábil, constituye una de las herramientas fundamentales para controlar las poblaciones de especias como el jabalí que se han convertido en sobreabundantes en muchas comarcas de Cataluña, provocando pérdidas económicas en el sector primario y accidentes de tráfico con fines y todo víctimas mortales.
Los espacios naturales protegidos reúnen unas condiciones ambientales, principalmente en las zonas de bosques, que favorecen a las poblaciones de jabalí. Realizar las redadas con mejores condiciones debe permitir un aumento de su eficacia y reducir las poblaciones de estos animales. La última temporada se cazaron hasta 63.000 jabalíes a pesar de las medidas de restricciones debidas a la COVID19. Se estima que en Cataluña, se realizan cerca de 10.000 redadas cada temporada, con una participación media de unos 20 cazadores y más de 20 perros por redada.
Estas medidas acordadas por las tres partes intentarán también que las redadas sean respetadas como herramienta de gestión de la fauna, que se desarrolla en la mayor parte de Cataluña por sociedades de cazadores locales, a la vez que una forma más de poder disfrutar de la naturaleza.
Fuente. Revistadelvalles.es
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