De ‘La caza de la perdiz roja’ a ‘El último coto’, la actividad cinegética más allá de las novelas de Delibes
Al margen de sus novelas, en las que la caza aparece de forma recurrente, Miguel Delibes dedicó varios libros a esta práctica, ligada a menudo a su preocupación por la naturaleza, que van desde ‘La caza de la perdiz roja’ publicada en 1963, hasta ‘El último coto’, que vio la luz en 1992.
Así, Miguel Delibes -cuyo centenario se conmemora este 2020- publicó su primer libro propiamente dedicado a la caza en 1963, ‘La caza de la perdiz roja’ (Lumen), obra breve que seis años más tarde incluiría en el libro de cuentos ‘Viejas historias de Castilla la Vieja’ (Alianza Editorial), si bien ya en 1955 había visto la luz su novela ‘Diario de un cazador’ (Destino).
En forma de diálogo entre el Barbas y el propio Delibes, en ‘La caza de la perdiz roja’ se glosa una serie de reflexiones y comentarios sobre la caza y su ejercicio, al tiempo que se denuncian las prácticas que el autor considera abusivas acerca de la ruptura del equilibrio ecológico o la progresiva desaparición de la caza libre.
Un año después, en 1964, el vallisoletano publicaría con Destino ‘El libro de la caza menor’, en el que retoma planteamientos y reflexiones expuestos en el libro anterior acompañadas de fotografías de Francisco Ontañón. En este caso, el ensayo sustituye al diálogo utilizado en ‘La caza de la perdiz roja’.
Avalado y amparado en las teorías de Ortega y Gasset sobre la caza, Delibes recorre las especies de caza menor, analizando su hábitat, costumbres y prácticas venatorias tradicionales y lícitas. Protagonistas del libro son la codorniz, la perdiz, el conejo, la liebre, la tórtola, la paloma, el pato, el zorro, la avutarda, la chocha y el urogallo, pero también el cazador, cuyo primer y último día de temporada acotan en el tiempo la obra.
Con la escopeta al hombro
En 1970 vio la luz ‘Con la escopeta al hombro’ (Destino), una suerte de secuela de ‘El libro de la caza menor’, aunque sin tanto método ensayístico y «con más desenfado», según reconoció el propio autor en el prólogo. Antes de su publicación editorial, la obra apareció por entregas en el suplemento semanal de El Norte de Castilla, periódico que llegó a dirigir durante un lustro.
«Para mí, escribir sobre asuntos de caza constituye, en cierto modo, una liberación de los condicionamientos que rigen el resto de mi actividad literaria. Si cazando me siento libre, escribiendo sobre caza reproduzco fielmente aquella placentera sensación, torno a sentirme libre», escribía Miguel Delibes, quien en sus páginas subraya el «placer y disfrute» de la naturaleza que conlleva la actividad cinegética.
Bajo el título ‘La caza en España’ (Alianza Editorial) reunió en 1972 un conjunto de ensayos sobre la práctica cinegética. El primero, más extenso y que dio nombre al volumen había sido publicado cuatro años antes como introducción al libro colectivo ‘Alegrías de la caza’, que había sido editado originalmente en francés en 1966 y que Delibes y su hijo Miguel tradujeron al castellano.
Cuestiones ecológicas como la conservación del medio ambiente o la amenaza de desaparición de algunas especies vuelven a mezclarse con las cuestiones propiamente cinegéticas en este ensayo al que se acompañan ‘La nueva codorniz’, ‘Las tablas de Daimiel’ y ‘La caza hace un siglo’.
Frente al ficticio ‘Diario de un cazador’, Delibes es el protagonista de sus ‘Aventuras, venturas y desventuras de un cazador a rabo’, publicadas por Destino en 1977 como una recopilación de sus experiencias personales como cazador entre 1971 y 1974.
Ya en los 80, el autor volvería a recoger los capítulos primero y último de ‘El libro de la caza menor’ en ‘Dos días de Caza’ (Destino, 1980) y publicaría un nuevo diario cinegético, ‘Las perdices del domingo’ (Destino, 1981), en el que recogió anécdotas y paisajes a lo largo de sus salidas entre agosto 1974 y febrero de 1978. De nuevo en este libro Delibes incluye una crítica al «proceso devastador» de «despoblación» de aves en Castilla. Ese mismo año publicaría, además, una de sus más famosas novelas, ‘Los Santos Inocentes’ (Destino), en la que de nuevo la caza asume un papel relevante.
Varias de sus obras de caza se reeditarían en 1988 en ‘La caza de la perdiz roja en España’ (Destino) y su afición por la caza aparecería también en ‘Mi vida al aire libre’, publicada en 1989 por el mismo sello editorial.
El último coto
El último libro propiamente cinegético de Miguel Delibes vería la luz en 1992 bajo el título ‘El último coto’ (Destino), en el que de nuevo lamenta la gradual desaparición de los espacios naturales propicios para la caza a través de sus experiencias entre los años 1986 y 1991 y se despide de esta actividad practicada por el a lo largo de seis décadas.
También la pesca jugaría un importante papel en Delibes, quien dedicaría a esta actividad su libro ‘Mis amigas las truchas’, publicado en 1977 por Destino con el subtítulo ‘Del block de notas de un pescador de ribera’.
Se trata de otro diario del escritor, en este caso dedicado a la pesca, correspondiente a las temporadas que van de 1972 a 1976, en el que Miguel Delibes reconoce que su amistad no es correspondida por las truchas, las cuales «arriesgan más» que él «en el juego».
«Se trata de una amistad unilateral, pero el libro lo he escrito yo y no ellas y, consecuentemente, hablo desde mi personal experiencia», concluye el autor.
Fuente. 20minutos.es