El nuevo depredador del Mediterráneo
Millones de corvinas buscan alimento frente a las costas valencianas desde enero y ponen en jaque a especies como sardina, boquerón y sepia.
Un nuevo depredador amenaza la fauna del mar Mediterráneo. Es la corvina. Este tipo de pez ha llegado para quedarse y está poniendo en jaque a otras especies más habituales en las costas y en las mesas valencianas: salmonete, boquerón, sepia o calamar, por ejemplo.
Su territorio es el Océano Atlántico pero una pirueta del destino le ha colocado como rey del Mediterráneo. ‘Gloria’, el fuerte temporal del pasado mes de enero, le abrió las puertas del Mare Nostrum el pasado mes de enero.
«La fuerza de aquel temporal destrozó muchas jaulas de diferentes piscifactorías en el norte de la Comunitat», ha explicado Miguel Rodilla, profesor y científico de del Instituto de Investigación para la Gestión Integrada de las Zonas Costeras, del Campus de Gandia de la UPV·
Estos desperfectos «dejaron libres en el Mediterráneo millones de ejemplares de corvina». «Cada jaula contenía 2,5 millones de peces, se calcula que se liberaron entre 20 y 25 millones. Muchos de ellos aparecieron tras el temporal en las costas, muertos, «pero algunos millones vagan por nuestro mar en busca de alimento», ha agregado el investigador de Gandia, quien agregó que muchos ejemplares se capturan y llegan a Lonja de la capital de la Safor.
Lonja de Gandia. Cajas de corvinas capturadas en aguas valencianas
Esta especie está en las pescaderías valencianas: «Las crías en cautividad son un poco más grandes que las lubinas o las doradas, pero las especies salvajes, pueden medir más de un metro y pesar muchos quilos».
«No es un pez del Mediterráneo. Su lugar está en el Atlántico, en las costas de Portugal, Marruecos o Huelva, aunque tradicionalmente alguno de ellos se ha colado siempre en nuestro mar», precisó Rodilla.
Los pescadores valencianos han capturado «alguna vez un ejemplar». «Todos recuerdan haberlo pescado por casualidad una vez en la vida, pero no es lo habitual». Ahora, las millones de corvinas se mueven frente a las costas levantinas y han entrado en la cadena trófica.
Desestabilización de la cadena
«Su alimento son especies más pequeñas, cualquiera. Puede comer boquerón, sardinas, salmonete, sepias o pulpos». Esto hace que esta fauna esté en peligro. «La corvina crece mucho y se alimenta mucho, por lo que puede desestabilizar la cadena del Mediterráneo», ha precisado Rodilla.
En estos momentos, ha añadido el experto, «viajan en bancos, pero pronto, cuando crezcan lo harán en solitario, como hacen en el Atlántico y buscarán mucho alimento».
«Estamos ante el mayor depredador del Mediterráneo. Ha venido para quedarse», ha agregado el investigador del Instituto de Investigación para la Gestión Integrada de las Zonas Costeras de Gandia.
Pero esta situación puede revertirse con el paso del tiempo. «La situación podría estabilizarse con el paso de los años. Ahora hay una población elevada, pero quizá en un plazo de cinco años decrezca». Pese a todo su presencia y su hegemonía en el Mediterráneo será, con toda seguridad, definitiva.
Fuente lasprovincias.es