Solicitan la colaboración de los cazadores navarros para un estudio sobre la codorniz
El trabajo, que se realiza en toda España, se ha marcado como propósito conseguir una gestión cinegética sostenible de esta especie
En su esfuerzo continuo por controlar las poblaciones de las especies cinegéticas de la Comunidad foral y, por tanto, la correcta evolución del medio ambiente, los cazadores navarros han apuntado una labor más en su actividad en la naturaleza, en base a una petición de la Real Federación Española de Caza, la Fundación Artemisan, la Universidad de Lérida y Mutuasport. Estas instituciones han lanzado un proyecto a nivel nacional que busca, gracias al apoyo de este colectivo, lograr una gestión sostenible de la codorniz en España.
Lleva el nombre de Coturnix y, pese a haber nacido oficialmente hace pocas semanas, en realidad se trata de una iniciativa con una trayectoria de más de 30 años. En una primera fase, el estudio nació y se puso en práctica en la provincia de Burgos, aunque entre los años 2002 y 2011, su ámbito de actuación creció a la totalidad del país. Después, volvió a focalizarse en Castilla y León para, de nuevo en este 2020, regresar a una intervención en todo el territorio español.
La codorniz es la reina de la media veda en los campos y una especie que ha superado los obstáculos de las transformaciones de los paisajes, de la agricultura intensiva, de la urbanización, de la industrialización y del crecimiento demográfico de los seres humanos y de su impacto en sus hábitats, para continuar sosteniendo sus poblaciones. De hecho, en el 2019 se consiguió un récord de capturas, que previsiblemente vaya a ser superado en el presente año.
Más aun, es un ave que posee un nexo muy importante con la historia cultural de Navarra, tal y como afirma el director de este programa científico, Jesús Nadal, de la Universidad de Lérida. “Su caza en estas tierras es antiquísima, como así ha quedado reflejado siempre en la literatura. Podemos decir, además, que este acervo cultural se ha transmitido de padres a hijos, por lo que hay una parte de la población navarra que está muy sensibilizada, porque ha convivido desde pequeña con esta tradición”, remarca.
Sin embargo, Nadal denuncia que, desde hace tiempo, a la sociedad se la bombardea con información falsa, vertida de manera interesada para hacer creer que su población está en declive. “Es completamente falso, ya que, si el número de ejemplares no fuera controlado, se convertiría en una plaga muy difícil de erradicar”, avisa. Tener datos lo más ajustados posibles a la realidad que vive esta especie es, precisamente, la función que va a cumplir el programa Coturnix, que se ha marcado cuatro grandes objetivos: avanzar en el conocimiento del estado de conservación de la codorniz y de su aprovechamiento; establecer una red de seguimiento por todo el país; experimentar con tecnología de satélites el seguimiento de su migración; y examinar técnicas de manejo agrario para aumentar su reproducción.
Los cazadores son conscientes de que la comprensión limitada de la demografía y los movimientos de la codorniz (un animal que migra desde África hasta el centro de Europa) conlleva que la gestión de su aprovechamiento cinegético sea mejorable. Por tanto, disponer de datos fidedignos sobre su paso por España resulta imprescindible para establecer planes de gestión sostenibles, coordinados e incluso hasta transfronterizos.
Para lograrlo, se hace necesaria la colaboración de los cazadores, cuyo cometido en pos de la conservación de la fauna silvestre vuelve a ponerse encima de la mesa como uno de los puntales del cuidado del medio ambiente.
Serán ellos los que habrán de recolectar muestras biológicas (extremo de las alas de las codornices capturadas), además de facilitar información a través de un pequeño cuestionario.
Y ya han comenzado a hacerlo, según apunta Nadal, que expone que los navarros y los riojanos son los que más están respondiendo en estos primeros compases de una iniciativa que se alargará durante los próximos cuatro años. “Les pedimos que nos trasladen los resultados de sus jornadas de caza y que transformen cada codorniz abatida en un dato científico. Para ello, les suministramos una ficha en la que anotar los datos más relevantes, como las condiciones o el hábitat”, indica. De manera voluntaria, los cazadores pueden ponerse en contacto con Nadal a través de su correo electrónico (jesus.nadal@udl.cat) o trasladar los datos recogidos a la Federación Navarra de Caza.
Es este involucramiento desinteresado de los cazadores el que destacan los organizadores del estudio, que ejecutarán una intensa labor de comunicación para que las administraciones se involucren más en la financiación de este tipo de iniciativas y para que la sociedad sea consciente del compromiso del sector cinegético con la conservación, no solo de la codorniz, sino de todas las especies que pueblan nuestros hábitats.
En palabras del director del programa, “para salvaguardar el futuro de la codorniz necesitamos hacer un seguimiento exhaustivo de la especie, y eso nos permitirá desarrollar su gestión sostenible y certificada, de forma que en cada coto se apliquen planes certificados por un sistema independiente y transparente”.