Como cada año, tras el verano da comienzo la temporada cinegética en nuestro país, una actividad que contribuye positivamente al mantenimiento y al cuidado del medioambiente, ya que es clave tanto para la protección de la fauna, como para la conservación del patrimonio natural.
De hecho, el sector agroindustrial de la Carne Silvestre se sustenta en un recurso natural que, gestionado de manera sostenible, es un instrumento fundamental para la conservación del medio ambiente y el fomento de la biodiversidad.
Así lo reconocen, entre otros, organismos como la Unión Europea, el Consejo de Europa, la Unión Internacional de la Conservación de la Naturaleza o BirdLife Internacional, que consideran que esta actividad puede convertirse en una herramienta fundamental para la conservación, la gestión y la protección de la Naturaleza.
Conservación de la fauna
La producción de Carne Silvestre contribuye a la conservación de los ecosistemas, impactando positivamente en la supervivencia de muchas especies tanto cazables como muchas otras que no lo son.
El sector de la Carne Silvestre genera un equilibrio poblacional de las especies cinegéticas que fomenta su conservación evitando la superpoblación y mejorando el estado sanitario de las mismas.
Además, el compromiso con la conservación de la fauna silvestre de los distintos agentes vinculados a la actividad cinegética es notable, como demuestra un estudio de la Fundación Artemisan que refleja que “el 33% de los titulares de cotos de España participan activamente en programas de conservación de especies, como programas para la recuperación del águila imperial ibérica o el lince ibérico”[1].
Clave en la protección del patrimonio natural
La Carne de Caza Silvestre también juega un papel importante en la conservación y promoción del patrimonio natural. De hecho, algunos Parques Nacionales y la mayoría de los espacios protegidos de nuestro país fueron cotos de caza en sus orígenes y siguen estando formados por cotos de caza en la actualidad. De este modo, el aprovechamiento sostenible de las especies cinegéticas consiguió generar lugares de alto valor ecológico, como el Parque Nacional de Picos de Europa, el Parque Regional de la Sierra de Gredos, el Parque Nacional de Doñana, Monfragüe o Cabañeros, entre muchos otros[2].
Desde entonces, el sector de la Carne Silvestre se ha mantenido vinculado a la conservación del patrimonio natural. Un estudio de la Fundación Artemisan demuestra que el 36% de los titulares de cotos y el 46% de los profesionales que gestionan terrenos cinegéticos en España destinan un total de 233 millones de euros anuales en repoblaciones y otras inversiones de conservación medioambiental y 54 millones de euros en el mantenimiento de accesos, realización de pantanos y cortafuegos, limpieza de las masas forestales y muchas otras mejoras del monte.
Conocer un producto único
En este contexto, y con ánimo de dar a conocer los beneficios de la Carne Silvestre española en el entorno medioambiental en el que se produce, la Asociación Interprofesional de la Carne de Caza Silvestre (ASICCAZA) ha puesto en marcha “Carne Silvestre de Europa, Naturaleza en estado puro”, un ambicioso plan de promoción avalado por la Unión Europea.
El objetivo de esta campaña es doble: por un lado aumentar el conocimiento de esta carne entre los consumidores nacionales y, por otro, posicionarla en el mercado francés como un producto natural, de gran calidad, con altos estándares de producción y sometido a una estricta seguridad alimentaria.
La campaña se presentará oficialmente el próximo 19 de septiembre en el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.