todo comenzó un sábado por la noche, una noche fría y sin luna, recibimos la llamada de un amigo advirtiéndonos de un incendio, todos bajamos asustados, temerosos, ¿qué habrá ocurrido? Parece el principio de una novela, pero en realidad fue nuestra pesadilla personal.
Llegamos allí, a nuestra casa, donde nos reuníamos con nuestros amigos, una nube de humo nos advertía de lo que allí pasaba, todo estaba ardiendo, destruido, pero nuestra atención no estaba puesta en ese desastre, sino en nuestros perros. Ellos no estaban bien, para nada bien, muchos de ellos fallecieron esa misma noche, ante nuestras miradas de incredulidad y dolor, sin poder hacer nada. ¿quién ha podido hacer esta salvajada? ¿Dónde está la humanidad?
Han pasado unas semanas, de reflexión, de asimilación de todo lo ocurrido, pero esas preguntas nos siguen persiguiendo, ¿Quién? ¿Quién?…. ¿Por qué? Quizás nunca encontremos las respuestas, pero esperamos que se encuentren a los culpables, al asesino de perros, ¿qué culpa tienen ellos de que tú seas así?
Sí, demasiado tienes con ser como eres, un asesino, y tranquilo, la justicia nos llega a todos antes o después. Sólo te deseamos un dolor similar al que nosotros hemos pasado y la misma angustia que debieron sufrir nuestros animales. Te lo vamos a recordar constantemente utilizando todos los medios posibles.
Sin embargo, en estas semanas, sí hemos sido capaces de contestar a una de estas cuestiones, hemos encontrado la humanidad en manos de nuestros amigos. Gracias, mil gracias a todos, gracias a todo el mundo que se ha volcado con nosotros, muchos sin conocernos de nada y han estado a nuestro lado.
Tenemos que mencionar especialmente a Beatriz Acirón, al maquinista, a la clínica veterinaria Cobeña, a la asociación Arrecal, la asociación de rehalas españolas, que nos ayudaron en los peores momentos. Vosotros nos dais fuerza, ganas e ilusión para seguir con nuestra afición, el campo y los animales y para luchar por recuperar lo perdido, siempre formareis parte de nuestra familia. Un último agradecimiento para los cuerpos y fuerzas del estado, SEPRONA y policía judicial por su buen hacer y por el esfuerzo que sabemos que están realizando.
Para finalizar, nos gustaría despedirnos de los principales luchadores de esta historia, nuestros perros. Algunos pelearon para seguir con nosotros, otros no tuvieron esa posibilidad. Vuestra familia no os olvida y lucharemos por conseguir el recuerdo y la justicia que os merecéis.
Atentamente,
Familia Seara Pineda.
Fuente ARRECAL
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