Más del 30% de los cazadores extremeños se dedica a la actividad cinegética a pesar de no tener tradición familiar. Así se desprende de una encuesta realizada por la Federación Extremeña de Caza y en la que se registró la participación de un total de 2.128 personas.
Esta encuesta revela, además, que el perfil del cazador extremeño es el de un hombre de entre 25 y 40 años con pocos fondos para la actividad cinegética (menos de 1.500 euros al año), que trabaja en la gestión de su coto, que es hijo de cazador y que caza tanto en coto social como en coto privado. Además, casi el 95% de los cazadores respalda la necesidad de movilizarse en defensa de la caza, tal y como ocurrirá el próximo 15 de abril en Mérida y en otras 49 ciudades españolas.
Curiosamente, casi un 32% de los cazadores extremeños asegura que practica la actividad a pesar de no tener tradición familiar, mientras que un 68% son hijos de cazadores.
En cuanto a la inversión económica que destinan a la actividad cinegética, la mayoría (un 43%) gasta cada año entre 500 y 1.500 euros a la caza. Además, un 18% dedica menos de 500 euros. Por encima de esas cantidades, un 21,5% destina a la caza entre 1.500 y 3.000 euros, por un 13% que gasta más de 3.000 euros anuales.
Por lo que se refiere a su compromiso con la gestión cinegética, el 81,3% de los cazadores asegura que participa en la gestión de su coto.
Sobre la situación del sector, los cazadores consideran que sus principales problemas en Extremadura son, por este orden, los depredadores, la falta de caza menor, la gestión agroganadera y la falta de gestión de los propios cotos.
Además, el 94,7% considera que en estos momentos es necesario movilizarse en defensa de la caza.
Esta encuesta sobre los cazadores extremeños, ofrece numerosos datos acerca del perfil del cazador extremeño. Por edades, sólo un 2,9% tiene menos de 18 años, por un 14,4% que tiene entre 18 y 24, un 41% entre 25 y 40, un 22% entre 41 y 50, un 17,5% entre 51 y 65, y un 2,4% más de 65 años. Mayoritariamente (más de un 95%) son hombres.
Asimismo, un 36,3% vive en localidades de más de 10.000 habitantes por un 19,5% que lo hace en municipios de entre 1.000 y 3.000. También hay algo más de un 16% en pueblos de menos de 1.000 habitantes, y una cantidad similar en localidades de entre 5.000 y 10.000 habitantes. El 11,9% restante reside en municipios con entre 3.000 y 5.000 vecinos.
De su nivel de estudios, el 27% ha completado la Educación Secundaria o el Bachillerato, un 24,7% tiene la FP, un 23,9% hizo Educación Primaria y un 22,8% tiene formación universitaria.