La oposición de grupos
ecologistas a que los cazadores ejerzan la
actividad cinegética en determinadas
pistas asfaltadas ha conseguido el apoyo del
Valedor do Pobo que ha instado a la
Consellería de Medio Ambiente a
matizar su normativa.
La Xunta se comprometió a
delimitar de forma más precisa en el
reglamento de caza en qué viales se
puede ejercer la caza. Y la reacción de
los cazadores ha sido inmediata. Defienden la
necesidad de hacer batidas por algunos viales
asfaltados porque poblaciones como la del
jabalí cada vez se acercan más
a centros urbanos. El presidente de la
Asociación de Clubes de Caza Mayor de
Galicia, Francisco Chan, asegura, en todo caso,
que es una práctica segura.
-¿Está de acuerdo con que
la Xunta delimite en qué viales se
puede cazar?
-Estamos de acuerdo con que haya
más precisión pero no estamos
nada contentos con decisiones que está
adoptando el Valedor do Pobo porque
desconoce la realidad de Galicia. Uno de sus
informes ya avaló una
discriminación hacia los jóvenes
de 14 años al defender que no pueden
cazar hasta cumplir los 16, cuando en el resto
del Estado sí pueden. El colectivo de
cazadores, que en Galicia son 50.000,
está muy envejecido y falta relevo
generacional. Es mejor que estos
jóvenes de 14 años
acompañen a sus padres a cazar y
pasen un día en el monte y no que
estén haciendo botellón.
Además el reglamento de armas
permite a los menores de 14 años
portar armas en determinadas circunstancias y,
sin embargo, no se les permite cazar.
-¿Ustedes defienden que se pueda
cazar en pistas asfaltadas?
-Si hay muchos jabalíes y viven
cerca de casas, se cortan las pistas y durante
tres horas se hacen batidas que están
siempre señalizadas. También se
corta la vía pública para
carreras de ciclistas o para motocross y no
pasa nada. En una batiza de caza en el centro
de Berlín se llegaron a cazar 3.000
jabalíes. Si no hay un control efectivo
sobre estos animales en dos años no se
va a poder cultivar nada.
-Y para hacer estas batidas, ¿es
imprescindible que se permita cazar en algunas
carreteras?
-Son sobre todo senderos, lo que pasa es
que en Galicia el asfalto llega al monte. En el
Ribeiro, por ejemplo, se asfaltaron todos los
caminos que dan acceso a los viñedos y
hay muchos jabalíes que entran
precisamente a la viña.
-El Valedor do Pobo se hizo eco de una
queja de un grupo ecologista que alertaba del
riesgo de cazar en pistas asfaltadas…
-Lo que pasa es que vienen los senderistas
y creen que el monte es suyo. El monte
está siendo usado por muchos
urbanitas. Hay que ser educado y compartir el
uso del monte. También se corta la
calle con la vuelta ciclista y pasa por
vías públicas.
-Pero hay más riesgo de
accidentes…
-La caza no es una actividad peligrosa.
Hay accidentes pero también te puede
dar un infarto cerebral jugando al ajedrez. De
media se registra un muerto al año,
cuando en la pesca de mar-costa hay ocho
fallecidos anuales. Somos un colectivo muy
maduro. Usamos chalecos y vamos equipados
con emisoras para coordinarnos y alertar si
vemos a un senderista o a alguien en moto.
Señalizamos la zona donde estamos
cazando y advertimos a los ciclistas o los
caminantes que no se puede pasar por
ahí.
-¿Temen que la Xunta cuando
elabore el reglamento de caza les
prohíba realizar esta actividad en pistas
asfaltadas?
-No creo que lo haga. Sabe lo que se
juega. La caza mueve en Galicia 90 millones
de euros anuales, entre licencias, pernoctas,
comidas… Los senderistas llevan el bocadillo
de casa. Lo que nos preocupa es la
intencionalidad de determinados grupos que
quieren acaparar el monte para ellos. El 80%
de los senderistas son educados pero hay otros
que no quieren respetar que cortemos las
pistas.