Con las ganas. Así se quedaron ayer en el collado de Iarmendi de Etxalar palomeros, cazadores y visitantes. La niebla mañanera anuló la pasa de la paloma, e impidió que los primeros pudieran emplearse a fondo, y los últimos pudieran verlos en acción. Cientos de personas se acercaron a este punto con motivo del Día de las palomeras, una jornada que busca poner de relieve la técnica de caza con red que aquí se practica desde el año 1378.
Según apuntaron los palomeros, el día amaneció despejado y con el propicio viento norte, y a primera hora se vieron algunas palomas. Una red se llegó a descolgar, aunque no hubo capturas. Posteriormente, la niebla cubrió Iarmendi, y hasta las 11.00 horas no se levantó. A mediodía se esperaba en el lugar la llegada de palomas, aunque no se dejaron ver. «Se ha despejado aquí y en la zona de Sara (Francia), pero por las Landas debe seguir la niebla», apuntó Jaime Gaztelu Quijano, de 59 años y propietario del terreno en el que se ubican las palomeras, a unos 6 km del pueblo.
Gaztelu se acercó hasta el lugar para ver cómo iban las capturas, y destacó que «los verdaderos protagonistas de que este tipo de caza siga viva son los palomeros del pueblo; hay familias con 7 generaciones de palomeros». «En Francia hay 8 lugares en los que se emplea esta misma técnica, y en España sólo éste, aunque hubo muchos. En Navarra, por ejemplo, en Lantz, Belate o Ultzama», recordó.
Pocas capturas este año
En este alto de Etxalar conviven históricamente cazadores con armas de fuego (distribuidos en una veintena de puestos) con los palomeros, que tratan de engañar con paletas, banderas y gritos a las bandadas de palomas que llegan volando bajo para asustarlas y dirigirlas hacia las redes ocultas entre los árboles, que se dejan caer una vez las aves están dentro. Tras la polémica del año pasado por la tala de 7 árboles junto a 2 puestos de caza, y el plante de los palomeros durante 36 días, este año todo ha vuelto a la normalidad, aunque algún palomero reconoció que la situación es «sólo de calma tensa».
«Nuestra temporada va del 1 de octubre al 20 de noviembre, y hay unos 15 palomeros fijos. En fines de semana, en cambio, podemos estar hasta una veintena, porque es cuando pueden venir más jóvenes», indicó el palomero Patxi Elizalde Ariztegi, de 40 años.
Según los palomeros, las primeras capturas se dieron ya el día 6, y hasta el mediodía de ayer se habían cazado vivas, con las redes, 19 docenas de palomas y txolomas (más pequeñas), y 7 unidades. «Son muy pocas, para estas fechas deberían ser más. Pero no ha habido tiempo propicio, y hemos tenido viento del sur (pasan desde Francia y debe soplar del norte), lluvia y nieblas», agregó Elizalde.
Gorka Irigoien, palomero de 19 años, reconoció que «la caza con red es distinta al ser una labor en equipo». «En los 8 puestos (en suelo francés) hay 11 personas con la corneta de aviso, las paletas y los trapos, y en las 6 redes, al menos 3 palomeros, uno para cada dos. El ambiente entre nosotros es excelente», aseveró.
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