Regular la producción, repoblación y suelta de especies cinegéticas para garantizar su pureza genética. Éste es el objetivo prioritario del «ambicioso» decreto foral que reglamenta en un mismo texto normativo diferentes aspectos relacionados con la caza.
No en vano, el documento, que ayer aprobó la Diputación, incluye una serie de medidas «pioneras» en España y «largamente demandadas por colectivos relacionados tanto con la caza como con la conservación de la naturaleza», subrayó la diputada de Agricultura en funciones, Estefanía Beltrán de Heredia.
En concreto, y a fin de garantizar la protección del patrimonio genético de estas especies -en particular, de la perdiz roja-, las granjas cinegéticas, los cotos y las zonas industriales de caza tienen ahora la obligación de acreditar que los ejemplares que se críen o liberen en Álava son genéticamente puros.
Pero no serán los únicos. Y es que las medidas de control se extienden también a los establecimientos de producción y al transporte, que deberán reunir las condiciones exigidas «de orden sanitario, de pureza genética y de cumplimiento de la normativa de bienestar animal», detalló Beltrán de Heredia.
Asimismo, el decreto determina la creación oficial de sendos registros de granjas cinegéticas y de zonas industriales de caza en Álava. Estas últimas tendrán que ajustarse a unas dimensiones concretas y respetar unas distancias mínimas a los espacios protegidos de la Red Ecológica Natura 2000 -un kilómetro- y a las zonas de reserva -500 metros-.
Perros de adiestramiento
De otro lado, la nueva normativa fija la creación, las características y el funcionamiento a los que deben estar sujetas las zonas de perros de adiestramiento o entrenamiento de perros de caza y de aves de cetrería. «Se trata de asegurar que éstas incidan lo menos posible en otras actividades que se desarrollan en el medio natural o que las sueltas de ejemplares o el uso de armas de fuego, con la excusa del entrenamiento, se prolongue fuera de las épocas hábiles de caza», abundó la titular de Agricultura en funciones.
Por último, el decreto aprobado ayer se ocupa también de las exhibiciones y otras pruebas para la promoción de diferentes aspectos relacionados con la práctica cinegética en los que se precise el uso de perros de caza, aves de cetrería, arco o armas de fuego. También en aquellos en los que puedan emplearse ejemplares de especies cinegéticas, aunque no sea preciso su abatimiento.