Entre goteros, vendas y llamadas de ánimo de amigos y familiares, Luis Díaz pasó ayer sus primeras horas en el Hospital La Fe de Valencia. Dolorido y todavía algo aturdido por la medicación, reconoce que estuvo muy cerca de la muerte a causa del ataque de un jabalí mientras participaba en una batida de caza, el sábado, en los montes de Cortes de Pallás.
Como publicó ayer este diario, el accidente ocurrió sobre la una de la tarde, a unos 10 kilómetros del municipio del interior de Valencia. Uno de los cazadores que formaba parte de la batida abrió fuego contra el jabalí. Le alcanzó, pero el disparo no fue letal. Una vez herido el animal, Luis, de 73 años, se dispuso a rematarlo pero se revolvió con una inesperada ferocidad. «Aquello era enorme», describió Luis en referencia al animal. «Fue mucho más que un susto», consideró. «Cuando estaba en el suelo me dio hasta tres veces, pero tuve la suerte de que no perdí la escopeta. Fue el arma lo que me salvó, porque pude dispararle antes de que siguiera clavándome los colmillos», relató la víctima desde su habitación.
Cuando el jabalí fue abatido, sus compañeros de cacería corrieron a asistirle. Comprobaron entonces que los prominentes dientes del cerdo salvaje habían rasgado varias partes del cuerpo de la víctima, principalmente en la pierna izquierda. «La otra suerte que he tenido es que no me alcanzó la arteria femoral», destacó el herido. «Eso podía haber sido mucho peor y podría haber muerto desangrado».
En su pierna izquierda presentaba un corte de varios centímetros, «un tajo enorme», como describió un familiar que ayer le acompañaba. «Agradezco mucho cómo se portaron todos conmigo, tanto los compañeros que me acompañaban como los médicos que me asistieron después», aseguró el herido.
Sus colegas le taponaron la herida con los pocos medios que tenían en ese momento: vendas para cubrir la herida y un cinturón para hacer presión, a modo de torniquete. «Actuaron muy bien», estimó.
Posiblemente Luis podrá abandonar a mitad semana el hospital, pero la recuperación será lenta. Le han tenido que coser la pierna que sufrió las graves lesiones y ayer permanecía vendado y sin poder moverse demasiado, en una habitación del pabellón de Rehabilitación.
El helicóptero medicalizado de la Generalitat fue clave para el rápido traslado del hombre. Aterrizó en una carretera entre dos pedanías, cerca de donde estaba la víctima, y los médicos le auxiliaron con urgencia.