Solo en Europa se estima que se
abandonan cada año en el campo unas
100 millones de toneladas de carroña a
través de la caza mayor. Sin embargo,
hasta ahora la información sobre estos
aportes en la biodiversidad y en el
funcionamiento de los ecosistemas era
todavía muy limitada.
Por esta razón, investigadores del
Instituto de Investigación en Recursos
Cinegéticos (IREC), junto con
científicos de las Universidades
Autónoma de Madrid (UAM), Miguel
Hernández de Elche y de la Academia
Polaca de Ciencias, han descrito un
patrón estructural general de las
comunidades de vertebrados carroñeros
que consumen restos de caza mayor en
distintas regiones de España y del
mundo.
«Proporcionamos así un
marco de referencia para valorar el impacto
que los subsidios alimenticios aportados por el
ser humano tienen en los ecosistemas»,
señala a Sinc Patricia Mateo-
Tomás, investigadora en el IREC y
autora principal del estudio publicado en la
revista Diversity and Distributions.
Los resultados demuestran que las
carroñas aportadas por la actividad
humana –sobre todo por la caza
mayor– sirven de alimento a una
amplia diversidad de especies de vertebrados
situadas en diferentes niveles tróficos.
De este modo, los científicos
identificaron un mínimo de 79 especies
de vertebrados carroñeros que
consumen estos subsidios procedentes de la
caza en todo el planeta.
Según Mateo-Tomás, esta
lista incluye un 19% de especies globalmente
amenazadas –15 especies en
total– entre las que se encuentran el
águila imperial ibérica (Aquila
adalberti), el lince ibérico (Lynx
pardinus), el león (Panthera leo), el
leopardo (Panthera pardus) y varias especies
de buitres. «El estudio también
revela que cuanto mayor es la riqueza de
especies de vertebrados en una región,
mayor es la de especies
carroñeras», añade la
experta.
Mantenimiento servicios
ecosistemas
El trabajo establece la composición
de las comunidades de carroñeros que
difiere entre regiones. A pesar de ello, los
investigadores lograron describir un
patrón estructural común a
escala global.
«Las aves con un 65,8 % son las
que dominan el consumo de la carroña,
si bien hay un mayor porcentaje de especies
de mamíferos con hábitos
carroñeros», recalca la
investigadora. Un 11,7 % son grandes
depredadores como águilas, un 7,2 %
buitres y un 39,7 % córvidos. Estos
últimos dominan el consumo de restos
de caza en todo el mundo.
A ellos se unen otras especies generalistas
como el zorro o el jabalí,
especialmente en zonas con baja presencia de
buitres y grandes depredadores como lobos,
hienas y águilas, “que parecen
desempeñar un papel clave en la
organización de las comunidades de
carroñeros», subraya.
El lobo (Canis lupus) es el
mamífero que consume más
frecuentemente los restos de la caza salvo en
Sudáfrica, donde es la hiena (Crocuta
crocuta) la que domina la actividad
carroñera con más del 82 %. En
esta región, otros grandes felinos se
alimentan de carroña de manera
frecuente.
Para realizar este estudio, los
investigadores usaron la información
obtenida mediante el seguimiento con
cámaras de fototrampeo de
más de 350 carroñas de caza
mayor (incluyendo grandes ungulados como el
ciervo, el jabalí, el rebeco o el
arruí) en nueve ecosistemas diferentes
de la España peninsular.
Además, complementaron esta
información con datos publicados sobre
la composición de comunidades de
carroñeros en siete regiones de distintas
partes del planeta, desde la tundra
ártica hasta el desierto
australiano.
«Los carroñeros juegan un
papel clave en el mantenimiento de servicios
fundamentales proporcionados por los
ecosistemas, como el reciclado de nutrientes o
el control de enfermedades»,
señala la científica.
Para el equipo de investigación, el
avance en el conocimiento de sus comunidades
es por tanto «fundamental para la
conservación de la biodiversidad y de
los servicios que proporcionan en unos
ecosistemas cada vez más afectados
por las actividades humanas».