La Asociación para la
Conservación de la Naturaleza y la
Caza en Extremadura (Aconcaex)
alertó ayer del perjuicio que suponen
las repoblaciones del conejo y de la perdiz.
El vicepresidente de Aconcaex,
Serafín Cortés, pide la
prohibición de estas repoblaciones, o al
menos un control muy exhaustivo por parte del
Gobierno extremeño, para evitar que el
impacto de las enfermedades
específicas siga creciendo en ambas
especies. En el caso del conejo, Cortés
cree que la Administración
debería poner remedio a las
enfermedades –sobre todo la
hemorrágica vírica– que
merman su número, un problema que
se acrecienta por la permisividad en
relación con las repoblaciones. En su
opinión, la llegada de conejos de fuera
de Extremadura puede potenciar la cepa de la
enfermedad, lo que perjudica a la especie que
vive en la comunidad y que ha podido
desarrollar anticuerpos contra el virus.
Por este motivo, Aconcaex –perteneciente
a la Unión Nacional de Asociaciones de
Caza– pide una actuación de la Junta.
Con la perdiz está sucediendo algo
similar, a su juicio, pues se producen
repoblaciones de esta especie que no son
autóctonas o no hay control exhaustivo
de las granjas vendedoras. En su
opinión, la pureza autóctona de
la perdiz introducida debe ser del 80% o del
90%. A ello unió otros aspectos, como
la introducción de productos
insecticidas en el campo que perjudican a la
cría de la perdiz o el control de los
depredadores para limitar su incidencia en la
caza menor. La liebre, por otro lado,
crió un poco más el año
pasado, pero también se ha visto
perjudicada por las enfermedades
específicas.