Animalismo. «Flores para los muertos». Personalmente, les tengo que reconocer, que la cuestión me pilla ya un pelín mayorcito pero tengo que reconocer que la existencia de redes sociales especializadas en la búsqueda de pareja, si bien es algo nuevo, al parecer, es un tema bastante asumido por nuestra sociedad. Hay apps que buscan pareja a aquellos que buscan una relación estable, otros para los que buscan gente de su mismo nivel socioeconómico, los hay también para aquellos acuciados por las prisas que no buscan más que un “aquí te pillo, aquí te mato” e incluso, según leo, los hay para católicos practicantes que buscarán, supongo, pareja para casarse, rezar el rosario y entre oficio y procesión, procrear para incrementar el rebaño del gran pastor.
Ahora bien, lo que no sabía es que hubiese una red exclusiva para propietarios de perros, Doggytalky, que se define como el “whatssap para perros” y donde se aúna un importante, activo e influyentes colectivo que busca conectar a personas que tengan perros para intercambiar información, opiniones, o por qué no, compartir un paseo o una excursión. Nada extraño bajo el sol ni nada con la que morir de espanto si tengo en cuenta lo que cada vez más frecuentemente voy viendo a mí alrededor.
Tengo un amigo que se lamenta del perjuicio generado por Walt Disney con sus famosos dibujos animados protagonizados por unos entrañables animales y mucho me temo que de aquellos barros, hemos llegado a estos lodos donde los animales, parece, tienen las mismas características y los mismos derechos que los humanos y tal es así, que somos las personas que aún respetando y queriendo a los animales, por el mero hecho de creer que somos diferentes y que cada uno tiene su propio lugar en la vida y en el mundo, somos mirados como verdaderos bichos raros.
En estas estamos cuando un colectivo “antiespecista” de nombre NOR me invita a acudir el próximo 1 de noviembre a Bilbao a manifestarnos para acabar con la discriminación por especies y para acabar con los privilegios con que contamos los animales (humanos) frente al resto de animales. En el vídeo promocional de dicha movilización su portavoz informa que en Euskal Herria existen unos 30 mataderos (algo insólito cuando muchos ganaderos se quejan de la falta de mataderos cercanos a los lugares de producción) de los cuáles se han infiltrado en 10 donde se sacrifica el ganado proveniente, según ellos de ganaderías industriales, y se da cuenta de unos volúmenes de sacrificio tanto para Euskadi como para Nafarroa que, paradójicamente, nos situarían a nivel de gran potencia ganadera que, lamentablemente, no somos ni de lejos.
Según su portavoz, el sacrificio del ganado es una imposición de los humanos, un privilegio del que hacen (hacemos) uso las personas que deciden quién y cuándo muere cada animal, aclarándonos, por si no lo sabíamos, que ellos, los animales, no tenían ganas de ello, de ser sacrificados. Así mismo, se nos recuerdan cuestiones de relativas al léxico diciendo que la palabra matadero proviene del verbo matar, obviando que actualmente, en esta sociedad finolis y de pichiglas, los mataderos son denominados centros de sacrificio y a los recortes se les denomina, optimización de recursos. Como se imaginarán el vídeo de marras está aderezado de imágenes donde el personal sacrifica el ganado con los métodos que la normativa europea de bienestar animal ha estimado convenientes pero esta normativa no es lo suficientemente benigna para estos adalides del antiespecismo que, al parecer, pretenden matar el ganado con abrazos, achuchones y besos haciendo realidad del dicho popular “hay amores que matan”.
Estos antiespecistas, imagino, se manifestarán acompañados por diferentes colectivos animalistas que, olvidando la naturaleza intrínseca de los animales, miran para otro lado cuando a menudo vemos que estos animales son humanizados y por lo tanto vejados al ser despojados de su propio ser, y cómo no, no faltarán aquellos otros que queriendo evitar perjuicio alguno a los animales, optan por consumir, sólo, alimentos de origen vegetal. Éstos, los veganos, están en todo su derecho de alimentarse, como decía, únicamente de alimentos de origen vegetal, ahora bien, lo que no tiene sentido alguno, siempre en mi humilde opinión, es que renunciemos a alimentos, sanos, naturales y provenientes de una ganadería razonable, que cumple los parámetros de bienestar animal europeos, los más estrictos del mundo, para acto seguido, optar por consumir alimentos sintéticos y productos in vitro creados en laboratorios y como sospecharán, son numerosas las empresas quienes han comenzado a cultivar carne, por cierto, un cultivo altamente costoso donde los fondos de inversión sí ven negocio (frente a los cultivos tradicionales) y cuyo negocio, en pocas palabras, se basa en hacer una carne artificial que imite perfectamente la imagen, textura y sabor de la carne natural pero, todo ello, sin tocar un pelo al animal. Eso sí, esta carne artificial, nos será vendida como carne natural, ética o cualquier epíteto que se les ocurra para ocultar lo imposible.
Acabo y les dejo, puesto que tengo que ir a comprar flores para la mani del día 1, día de todos los santos, en honor a todos los individuos (animales) muertos en acto de servicio para los discriminadores de los humanos.
Xabier Iraola Agirrezabala
FUENTE – KAMPOLIBREAN
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