Año 1920. Cazador de víboras, una profesión muy útil en Francia
La de cazador de víboras es una profesión reconocida de tanta utilidad en Francia que, durante la guerra, dos de ellos han sido exentos del servicio militar para que pudieran dedicarse a su caza, y, sobre todo, proveer de víboras vivas al Instituto Pasteur de París, con el fin de preparar el suero antivenenoso.
Según Le Gaulois, uno de estos cazadores era de Besançon; el otro, de Clermont-Ferrant. Este último es el más célebre, tal vez porque vive en un país de aguas termales, donde está en continuo contacto con los forasteros.
Champelos, llamado «Jean Serpent» (Juan Serpiente), después de haber ejercido en el invierno los más variados oficios, se hace en marzo cazador de víboras. Sabe dónde hallarlas. Camina sin hacer ruido y cuando ve el reptil le echa el pie encima, sujetándole bajo la suela de la bota.
Es el momento delicado. El animal está inmovilizado, pero hay que cogerlo. Champelos lo agarra de modo que no le pueda morder y lo mete en una jaula cilíndrica de red muy fina que lleva para tal fin.
Después vuelve a su casa y se sienta a la puerta con un cartel que dice: «Pensad en el cazador de víboras que trabaja por vuestra seguridad». Y todos los transeúntes le echan alguna moneda. Luego va a la Escuela de Medicina por la recompensa oficial. Durante el pasado año de 1919 ha cogido 2.550 víboras, ganando 1.275 francos.
Fuente. laregion.es