Antes del Rey Tigre existió Ming, el tigre que se crió en un departamento en Nueva York
El animal llegó a pesar más de 190 kilos y comer 9 kilos de alimentos por día hasta que fue descubierto por la policía en 2003. Falleció de causas naturales en 2019.
Y bien, ¿al Hombre Tigre le gustó el documental Rey Tigre?
«No me llamó la atención», dijo Antoine Yates, quien se hizo conocido como el Hombre Tigre de Nueva York mucho antes de que la miniserie documental de Netflix se hiciera inmensamente popular. «Esto es sólo una muestra de lo ignorantes que pueden ser los que se consideran amantes de los animales exóticos».
Yates también fue famoso por unos instantes por tener un tigre adulto llamado Ming. Pero en lugar de los ambientes más rurales favorecidos por Joe Exotic y los otros entusiastas del programa, Yates mantuvo a Ming en su departamento en Harlem, durante más de dos años.
En 2001, Yates, entonces un trabajador de la construcción de 31 años, llevó el cachorro de 8 semanas de edad a su departamento dentro de un complejo de vivienda en Harlem.
Ming pasó rápidamente de alimentarse con un biberón a comer 9 kilos de muslos de pollo al día. Yates los compraba cada mañana en un supermercado local y se los llevaba. En menos de tres años, el tigre, una cruza entre las variedades de Siberia y Bengala, se convirtió en un gigante de 190 kilos.
Las autoridades finalmente descubrieron a Ming en 2003. Lo durmieron y lo sacaron, junto con un caimán de 5 pies de largo llamado Al que Yates guardaba en un tanque de fibra de vidrio.
Ambos animales fueron reubicados en un santuario de Ohio, donde Ming murió por causas naturales en febrero de 2019. Yates fue arrestado y cumplió una breve condena en la cárcel por mantener un animal ilegalmente.
Yo era periodista de la sección Metro de The New York Times cuando la historia ocurrió, un momento en el que la ciudad parecía un poco más salvaje.
Sin embargo, incluso los editores y reporteros experimentados se quedaron atónitos al ver que un hombre había mantenido un tigre en su departamento de vivienda pública en un entorno urbano tan denso.
Las autoridades de la ciudad también estaban desconcertadas por cómo la presencia de un tigre en el apartamento 5E del complejo de viviendas públicas de Drew Hamilton había permanecido como un secreto a voces entre algunos vecinos.
Ming ciertamente eludió a la atención de los funcionarios de la Autoridad de Vivienda de la ciudad, quienes dijeron que habían recibido quejas de los vecinos sobre el olor a orina del apartamento de Yates, pero nunca mencionaron la presencia de un tigre.
Tampoco sabían de los otros animales exóticos que Yates podría haber tenido en el apartamento.
En ese momento, los vecinos afirmaron a periodistas y funcionarios que Yates tenía cachorros de oso, rottweilers, conejos, hienas, monos, serpientes, una llama, una tarántula e incluso un joven león.
Consultado recientemente sobre esto, Yates, que vive con su madre en Filadelfia, prefirió no entrar en detalles: «Tenía muchos exóticos allí».
Sin embargo, reveló el resto de la historia, desde sus obsesiones con las mascotas, que comenzaron a los 3 años con hámsteres de peluche hasta llegar hasta las posteriores criaturas más exóticas.
Afirma que compró a Ming –Yates le puso ese nombre debido a su interés en la dinastía china– a un criador de animales exóticos por «algunos miles de dólares».
El tigre se convirtió en el centro de un plan utópico de crear un santuario animal que imaginó como «un nuevo concepto de animales que viven juntos», dijo Yates en una entrevista telefónica.
En ese momento, Yates llamó a Ming su mejor amigo, una figura de hermano y «mi vocación en la vida».
«Era consciente de que tenía un tigre, pero la interacción física y el vínculo, era tan natural», dijo en la entrevista. «No era diferente a criar un mono o una serpiente».
Había pagado un anticipo por una parcela al norte de la ciudad de Nueva York, recordó, para crear un refugio de interacción armoniosa entre los animales y las personas. Una suerte de «Jardín del Edén», que fue como lo describió en su momento.
«Todo fue cuidadosamente pensado. Era cuestión de meses hasta que consiguiera la propiedad», dijo. «Mi intención era mantener a Ming en secreto por un tiempo antes de trasladarlo, pero no llegué».
La hora del final
La interrupción se produjo en octubre de 2003, después de que Yates acogiera un gatito abandonado al que llamó Sombra. Un día, Ming se abalanzó sobre Shadow y le dio un corte en la pierna a Yates mientras intentaba intervenir.
Yates fue al Hospital de Harlem. Dijo que había sido atacado por un pitbull. Debido al tamaño de la mordida, los médicos se mostraron escépticos. Las autoridades fueron alertadas y la policía llegó al edificio de Yates. Pudieron meter una cámara en miniatura en el apartamento para confirmar que, sí, realmente había un tigre adentro del lugar.
En una operación tipo comando, un oficial que descendió en rappel por el exterior del edificio pudo disparar un dardo tranquilizante a través de una ventana para someter a Ming. El animal luego fue llevado en una lona a una camioneta por media docena de oficiales.
La policía fue alertada de que Yates había ido a un hospital de Filadelfia. Allí fue detenido y la historia se convirtió en noticia de primera plana. Yates pasó a ser conocido en los tabloides como Tiger Man (el Hombre Tigre).
Terminó declarándose culpable de imprudencia temeraria y de posesión de un animal salvaje.
Como parte de la declaración, los fiscales retiraron los cargos contra la madre de Yates, Martha, de 68 años, que había sido acusada de poner en peligro a ocho jóvenes parientes y niños en tránsito al criarlos durante un período en el departamento mientras Ming estaba presente.
«Sería imposible hoy en día que un tigre pase desapercibido durante tanto tiempo», recordó Jeremy Saland, el fiscal del caso. «Alguien en el pasillo lo grabaría rugiendo, y estaría por todo Instagram o Twitter».
Fuente. clarin.com