La esperada desveda de la codorniz del pasado domingo ofreció resultados dispares y casi para todas las opiniones, por lo que resulta difícil hablar de buena o mala temporada ya que dependerá mucho de a quién se le pregunte. Desde luego, todas las fuentes consultadas coinciden en que el campo presentaba un aspecto espectacular y que las condiciones eran las óptimas para que hubiera codornices en los campos, pero luego los datos de avistamientos y de capturas no refrendan estas teorías. Así que mejor aludir al inicio de esta campaña de media veda como irregular, a sabiendas de que aún quedan jornadas de caza en espera de que terminen de pasar las cosechadoras, con lo que aún quedarían algunas oportunidades de encontrar codornices.
Y es que la alegría va por barrios. Quienes pasaron de la veintena de pájaros capturados el pasado domingo se muestran encantados con la presente temporada, pero es que a su vera también hubo unos cuantos «bolos» o capturas mínimas que rondaron la media docena de codornices o menos. Por supuesto, hablamos de las zonas de interior y donde el concurso del perro resulta obligatorio, porque en lo que respecta a la caza «al pase» de tórtolas en la costa vasca aún no han comenzado a verse las primeras palomas.
Así, en zonas de Araba el domingo hubo algunos que lograron pasar de veinte ejemplares de codorniz, aunque la media habla de media docena de pájaros e incluso menos. El criador y adiestrador internacional Iñaki Elorriaga hablaba de más de una docena los pájaros capturados «reglamentariamente» esto es, a perro puesto e incluso con otro ayudante a patrón, pero recordando que el año pasado hubo más africanas. En tierras navarras, más de lo mismo, en las contadas tierras de cereal, más al sur, sí se vieron codornices, pero pocas y muy lejos de las que había hace unos años.
En tierras burgalesas se ha dejado notar más la diferencia de las zonas del sur con las del norte. En el sur había zonas cosechadas y recogidas hace más de un mes, mientras que en la zona norte aún quedaban esta semana fincas sin cosechar y otras con hileras de paja, pero con presencia de pollos. Los resultados también han sido dispares, ya que en la prestigiosa Bureba ha habido sitios exitosos, contados, y por la zona de la Brújula ha habido algunas capturas de alrededor de la mitad que en la temporada pasada, por ejemplo. También han llegado diferentes críticas a las autoridades cinegéticas castellanas por la apertura conjunta en las zonas de cosecha temprana y la tardía, por las palpables diferencias entre ambas zonas.
Revisando la hemeroteca de medios escritos castellanos de esta misma semana, algunos hablaban de la tradicional bondad en general de las tierras burgalesas y palentinas, además de las sorianas o incluso leonesas; o de la escasez en tierras salmantinas o zamoranas, obviamente, siempre salvando lugares muy concretos.
En la otra Castilla, la de La Mancha, el presidente de la Asociación de Propietarios Rurales para la Gestión Cinegética y Conservación del Medio Ambiente en Castilla-La Mancha, Luis Fernando Villanueva, declaraba hace unos días que la codorniz es cada vez más testimonial y en las provincias norteñas, basando las expectativas de su Comunidad Autónoma de la media veda en las tórtolas, con cada vez menos aves de paso, y más en la paloma torcaz, especie en clara progresión.
Y en la vecina Rioja, más de lo mismo. Buenas condiciones del campo pero pocos o muy pocos pájaros en general. Eso sí, en casi todos los terrenos se han dejado ver buenos bandos de perdices, así que, mientras se completan las jornadas de media veda, crecerán las expectativas para apertura futura de la reina de la caza menor española.