Así ha ‘renacido de sus cenizas’ una rarísima ave dada por extinguida
La especie ha sido criada en cautividad y ha vuelto a ser introducida a la naturaleza por científicos de la Isla de Guam (Estados Unidos)
El rascón de Guam, una especie de ave no voladora que es oriunda de la Isla de Guam, en el Pacífico, había sido declarada como extinta en la década de los 70. Ahora, 40 años después, vuelve a ‘renacer de sus cenizas’ y ya cuenta con más de 200 ejemplares.
El rascón de Guam es nativo de esta isla del Pacífico y no se ha encontrado en ningún otro lugar del mundo. Esta especie, de unos 28 centímetros de longitud, tiene la cabeza, el cuello y la raya de los ojos marrones y cerca de la garganta y la parte superior del pecho grises. Sus alas, cortas, le impiden volar, y su esperanza de vida se sitúa entre los 6 (hembras) y 10 años (machos).
Según cuenta LADBible, hasta la década de los 70, el rascón de Guam vivía plácidamente en su hábitat natural, la Isla de Guam, antigua colonia española y actualmente territorio no incorporado de los Estados Unidos. No obstante, la introducción en los años 40, de manera accidental, de las serpientes arbóreas marrones, uno de sus principales depredadores, provocó que se le considerara como extinto, al contar con poco más de 20 ejemplares fuera de cautividad, por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
Serpientes arbóreas marrones
Los reptiles fueron responsables de eliminar 10 de cada 12 de estas aves y en 1981 los poco más de ejemplares restantes fueron capturados y llevados a un lugar seguro por Suzanne Medina y su equipo de biólogos del Departamento de Agricultura de Guam.
Una experiencia anterior no salió del todo bien: los atropellos y los gatos salvajes, los responsables
Cuarenta años después, el rascón de Guam puede estar de enhorabuena. En la actualidad, la especie es criada en cautividad por la División de Recursos Naturales y Acuáticos de Guam y en algunos zoológicos en Estados Unidos y ha sido introducida a la naturaleza, a través de 200 ejemplares en la vecina isla de Rota, que no cuenta con presencia de su temido enemigo reptil.
Hubo una primera fase de introducción, en los años 90, de un pequeño grupo de rascones de Guam, pero la cosa no salió tan bien como se pensaba, pues, a pesar de la ausencia de serpientes, las aves sufrieron muchas bajas a causa de atropellos o ataques de gatos salvajes.
Ahora, tras un estudio exhaustivo de estas aves y su forma de apareamiento, Medina y su equipo han logrado una población estable de unos 200 ejemplares en la Isla de Rota y de unos 60-80 ejemplares en la vecina Isla de Cocos, lo que supone que hay más rascones en libertad que en cautividad. Un hecho muy esperanzador y que parece que permitirá la supervivencia de esta peculiar especie.
Fuente. El Confidencial