Javier Moreno no tiene demasiada pinta de tipo peligroso. Este teleoperador ha liberado cerdos de granjas -que él llama «centros de explotación animal»- ha saltado a un desfile peletero de Roberto Torreta en Cibeles y se manifiesta contra los toros. Sin embargo, Moreno está, junto con otros 10 miembros de las asociaciones Igualdad Animal y Equanimal, imputado por graves delitos como asociación ilícita, amenazas, coacciones, revelación de secretos y delito contra el medio ambiente.
??l está en la calle pero tres de sus compañeros llevan casi 20 días en prisión sin fianza en un sumario secreto tras una investigación de un grupo de élite de la Guardia Civil durante cuatro años, algo propio de grandes operaciones contra grupos de delincuencia organizada.
¿Son ecoterroristas, como los han bautizado, o unos friquis con los que se ensaña la justicia? Fuentes de la investigación niegan que sea algo irrelevante. «Que salten a un desfile peletero está bien, que hagan lo que quieran. Pero asaltar granjas de visones, amenazar a empresarios, atacar laboratorios y quemar plazas de toros son delitos. Estas cosas por separado parecen poco, pero es como el robo de cobre, que parecía un asunto menor hasta que se vio que hay grandes tramas moviendo millones. Han arruinado a empresarios con las sueltas de animales porque los seguros ya no les cubren», explican fuentes de la investigación, dirigida por el juez de instrucción número 2 de Santiago de Compostela, José Antonio Vázquez Taín.
Según la Guardia Civil, estos grupos han causado en los últimos años daños por valor de más de dos millones de euros, incluida la suelta de 150.000 visones americanos -una especie invasora- de granjas peleteras en 10 años; la quema de las plazas de toros de Maranchón (Guadalajara) y Cascante (Navarra), suelta de ciervos en Segovia; asaltos a granjas de cerdos, amenazas a laboratorios farmacéuticos como Novartis… Fuentes del caso admiten que no pueden atribuir todas las acciones a los detenidos.
«No se trata de que Igualdad Animal sea una asociación ilegal, pero sí que dentro de esos dos grupos las cúpulas actuaban como el brazo en España del Frente de Liberación Animal y por eso el delito de asociación ilícita», señalan fuentes del Instituto Armado.
Dichas fuentes destacan que entre los materiales intervenidos hay manuales sobre cómo preparar acciones ilegales y cómo afrontar un arresto: «Planea todo lo que puedas. Antes de llevar a cabo una acción por la que puedas ser arrestado, asegúrate de que tienes una coartada. […] Si eres el único arrestado, estáte listo para ir solo».
«A Europol le preocupa el fenómeno del ecologismo radical, que llama ecoterrorismo. En otros países han cometido ataques serios», explican fuentes de la investigación. La prueba de la magnitud de los daños, esgrimen, es que grandes aseguradoras han intentado personarse en la causa y que hay unas 200 granjas atacadas.
La versión de Igualdad Animal es radicalmente contraria. Primero critican la actuación policial: «Nos aplicaron un despliegue propio de terroristas. Entraban con pasamontañas y ametralladoras a las casas y los detenidos estuvieron tres días incomunicados». Los arrestados se han declarado inocentes. Admiten protestas simbólicas y liberaciones de animales de granja pero niegan la parte delictiva. «Hacemos acciones de desobediencia civil, como protestas en desfiles de moda o en plazas de toros. Sacamos a la luz lo que ocurre en granjas de visones, pero somos transparentes, los primeros en llamar a la prensa cuando boicoteamos la caza del zorro o cuando saltamos a Cibeles».
??l mismo saltó a la pasarela en 2009 con un cartel con el lema Piel es asesinato. Pagó una multa y punto. En la web rescate abierto, por ejemplo, se podían encontrar hasta hace unos días noticias como «rescate abierto de siete pollitos de una granja de engorde». Según fuentes del caso, las organizaciones llegaban a pagar al año 30.000 euros en sanciones.
La cosa ha cambiado. Da la impresión de que la Guardia Civil y el juzgado han decidido dar un escarmiento, cortar de raíz el movimiento antes de que crezca o de que haya un problema grave de seguridad en una acción. El caso incluyó escuchas telefónicas y fue realizado por el Servicio de Información de la Guardia Civil, la élite del Instituto.
La asociación sostiene que existe «un movimiento global de represión a los defensores de los derechos de los animales. En Austria hubo una redada similar que quedó en nada». Hay en marchauna campaña internacional de apoyo a los presos. «Nos enfrentamos a grandes poderes como taurinos, ganaderos y peleteros», explica Moreno. ??l es vegano, no come carne ni nada que proceda de los animales. «Estamos contra la explotación animal no solo en los circos o en las plazas de toros», explica. Moreno guarda silencio sobre las sueltas de visones americanos -voraz especie invasora que causa daños al medio ambiente-, ya que es algo que critican los ecologistas. «Hay distintas opiniones», se escapa.
Entre las acciones que la Guardia Civil les atribuye está una digna de un guión siniestro de Berlanga: una noche de septiembre de 2008 un grupo asaltó la tumba del torero Julio Robles, en Ahigal de los Aceiteros (Salamanca). Según la investigación, pretendían llevarse el cadáver del torero y no devolverlo hasta que cesaran las corridas de toros. Como no consiguieron abrir la tumba, rociaron pintura roja por la tumba y se llevaron un busto del diestro.
A Candela Robles, hermana del matador, aún se le quiebra la voz al recordar esos días: «Siempre pensamos que eran antitaurinos que están jorobando. Quien no quiera ir a los toros que no vaya y quien no quiera ir al fútbol que no vaya, pero lo que hicieron fue la mayor bajeza. Nos dolió mucho y lo pasamos muy mal». Aún recuerda lo que le costó limpiar la pintura roja y ahora planea hablar con su abogado para personarse en la causa y ver si al menos recupera el busto original del torero. Tiene pocas esperanzas.
Un desollador: «Me saltaron 10 dientes»
Cecilio Pajares es la única persona que ha sufrido en España un ataque directo de un grupo de liberación animal. El 15 de septiembre de 2007, este desollador de toros dormitaba en el camión en el que su hijo había ido a recoger los novillos de un encierro de Morata de Tajuña (Madrid). «Me tiraron un adoquín que pesaba un kilo y pico y me rompieron 10 dientes y me tuvieron que dar 14 puntos», recuerda por teléfono este hombre de 71 años que pasó 30 en el Ejército. En el camión le dejaron una nota: «Lo has sufrido en tus carnes’, decía sobre la foto de un matadero. La firma era de un llamado Comando SAM. Cecilio asegura que ha tenido secuelas durante años y que le cuesta dormir.
Las organizaciones Igualdad Animal y Equanimal, algunos de cuyos miembros fueron detenidos por la Guardia Civil en Pontevedra, Madrid y Vizcaya, niegan que ellos participen en acciones violentas.