Jilgueros, pardillos y verderoles retornaron en la mañana de ayer a su hábitat y recobraron la libertad tras la suelta que promovió la asociación del silvestrismo de O Grove en la Lagoa Bodeira. En total, los 160 socios echaron 230 ejemplares a volar, tras un indulto que obtuvieron por no saber cantar.
Son los pájaros que no han sabido dar el «do de pecho», aquellos que el pasado año ni siquiera acudieron a los concursos de canto que se organizan en Galicia, pese a los esfuerzos y empeño de sus dueños después de capturarlos.
La suelta es una verdadera ceremonia que cada año por esta época se desarrolla en la localidad meca.
El presidente del colectivo, Rafael Prol recuerda que estos pájaros han sido capturados entre agosto y octubre del año pasado, único período que marca la Federación de Caza de Pontevedra para esta actividad. La afición es tan grande que en O Grove son ya 160 socios, si bien en Ferrol soprepasan los doscientos.
En este período de «caza sin muerte» es cuando se les permite coger hasta un máximo de 10 ejemplares, pero tienen que comprometerse a liberar a los que no les sirvan para los concursos que se celebran en invierno.
El canto de los pájaros es espectacular. El campeonato que se celebra en A Toxa suele llamar la atención de los amantes de este concierto único que brinda la sabia naturaleza.
Y por ello, a los concursos sólo acuden los que tienen mejores dotes, aquellos con las notas más aflautadas, en definitiva, más sonoras.
Rafael Prol es un verdadero enamorado de su canto. Tiene en su casa más de 300 ejemplares y, lo bueno de todo, es que unos aprenden de otros.
En todo caso si uno quiere iniciarse en esta afición sólo tiene que comprarse un CD con cantos de pájaro. Verderoles, pardillos y jilgueros son autodidactas. Muy pronto cantan como ruiseñores, en una academia de Operación Triunfo, que les va a permitir un inmediato salto a la fama.
De ahí que no sea raro que cada año aumente la afición, aunque la mayor parte de los socios reconoce que la tienen desde que son niños, de cuando «se cazaban pájaros de forma furtiva».
Ahora la captura de estas aves está muy controlada y regulada. Se trata de no hacer daño a ninguna de las especies autóctonas que habitan los humedales mecos, en definitiva, espacios protegidos como la propia Lagoa Bodeira.
Rafael Prol explica que hay muchas técnicas para capturar estas voces voladoras. La forma más habitual es el de las redes abatibles con reclamos y que se asemejan a porterías de fútbol en las que entra el pájaro y queda atrapado cuando se tira de una cuerda que se encuentra en los extremos. El cebo suelen ser otros pájaros cantores que están atados en el interior. Pero hay otros sistemas como el de «libro», que se cierra una vez que el animal entra.
Antes de la suelta celebraron la asamblea ordinaria con asuntos de trámite, aprobados por unanimidad.