Después de seis horas
monte arriba monte abajo, la mayor parte de
los cazadores que ayer participaron en el VIII
Campeonato de Ibiza de ca eivissenc por colles
volvieron satisfechos por la cantidad de
conejos que sus podencos habían
sacado de sus madrigueras: «Ha ido
muy bien, estupendo, fenomenal…. para la
epidemia que hay, claro»,
comentó Francisco Martínez,
jurado de la convocatoria.
Antes de dar un conejo por válido,
Martínez analizaba concienzudamente
cada pieza –especialmente los
ojos– que le entregaban los jueces de
cada colla (los encargados de supervisar el
comportamiento de los perros y cómo
estos entregan las capturas). Porque todos
compartían esa alegría, pero
también un pero: la mixomatosis y la
hemorragia vírica están
causando estragos entre estos pequeños
mamíferos saltarines.
El juez Miguel Puente, por ejemplo, estaba
encantado con el comportamiento de los canes
durante la batida en sa Coma, donde
levantaron 19 conejos. Lo malo es que solo
sirvieron tres de los ocho cogidos, pues cinco
estaban enfermos. En es Fornàs (Sant
Antoni) levantaron 17, de los que cogieron
cuatro y desecharon a uno enfermo,
según contó el juez Juan
José Ferrer. A su juicio las
enfermedades están diezmando la
población de conejos pitiusa:
«Este año hay menos que nunca.
Quizás habría que
repoblar», apuntó. Las colles
que acompañó el juez Antonio
Pérez Calleja levantaron 18 conejos, de
los que agarraron ocho y descartaron tres por
mixomatosis y hemorragia. El jurado
rechazó otro en la mesa,
también por enfermedad.
Según Martínez, «las
epidemias se lo cargan todo, son un
auténtico problema».
En el campeonato también se
eligió a la mejor colla de raza. Toni
Serra, Peixet, llevó dos a concurso,
ambas compuestas solo de hembras porque, a
su juicio, el macho «es más
dominante, quiere ser el jefe», pero
también porque entre conejo y conejo
también puede cazar a una hembra:
«Y luego hay embarazos
indeseados…», bromeó. El
cazador Toni Cristòfol, sin embargo,
considera que «un macho en la manada
siempre viene bien. Más de uno,
no». Ayer levantó con su
jauría 13 conejos, de los que cogieron a
cinco y descartaron a uno por estar
enfermo.
Entre el cazador y sus canes hay una
fuerte compenetración. Peixet conoce a
cada una de sus perras por sus nombres
(«ahí están Flecha,
Paloma, Mata, Bella, Bona Al·lota,
Águila, Aire…», recita sin
parar), aunque a simple vista parezcan todas
iguales, mientras una mueca o un sonido
gutural de Cristòfol basta para atraer
adonde quiere a toda la manada, que mueve y
excita a su antojo.
En el VIII campeonato participaron 15
colles con 15 podencos cada una (225 perros
en total). Dos vinieron desde Alicante y una
desde Mallorca. El torneo de caza lo ganaron
Tomás Avilés y Yoni, que
levantaron 18 conejos y cogieron ocho.
Detrás quedó Cristòfol,
con cinco capturas, y en tercer lugar, Toni
Sendic y Carlos Bomba, con cuatro.