Con la temporada de caza ya generalizada, tras más de un mes de actividad, los protagonistas hablan de un buen escenario cinegético provincial y regional, y perspectivas de negocio a nivel comercial, aunque el sector siga pendiente de la nueva Ley regional, y a la espera de conocer si el próximo borrador va a recoger las alegaciones presentadas por la Mesa Regional en Defensa de la Caza de Castilla-La Mancha.
02/11/2016 | Lanza Digital
Desde las organizaciones de cazadores Aproca, Atica y la Federación de Caza destacan el valor económico, medioambiental, laboral y poblacional que representa la actividad cinegética en diferentes municipios de Ciudad Real y de Castilla-La Mancha.
A falta de un análisis en profundidad, siguen hablando de los 600 millones de euros (casi 200 en Ciudad Real) que genera el sector en la región, una quinta parte de su valor real, con 1,7 millones de jornales en puestos auxiliares como ojeadores, guardas, perreros, o gestores de fincas, además de beneficiar a otros colectivos como los carniceros, los veterinarios y las armerías.
El presidente de la Asociación de Propietarios Rurales para la Gestión Cinegética y Conservación del Medio Ambiente (Aproca), Luis Fernando Villanueva, explicó que las previsiones de la temporada apuntan a una gestión comercial al alza en monterías, sobre todo por la demanda de cazadores extranjeros, venidos desde Francia, Rusia o Estados Unidos, aunque la calidad de los trofeos puedan verse afectados por la sequía del verano y del inicio del otoño.
Desde el punto de vista cinegético, “la primavera fue lluviosa, con buena cría para todas las especies, que tuvieron comida y protección”, mientras que la ausencia de precipitaciones de los últimos meses “provocaron falta de alimento y agua”.
Este escenario climatológico influye en los niveles de población de las diferentes especies, que “en exceso pueden dañar cultivos y el monte”.
Por ello, Villanueva apuesta porque haya una autorregulación en la gestión de las fincas en diferentes periodos, fuera de los tiempos marcados por la Administración, a tenor “del crecimiento exponencial de ciervo y jabalí registrado en los últimos 15 años que ha colonizado territorios de caza menor”.
Esta es una de las causas del declive de la perdiz roja silvestre, acosada por medio centenar de predadores como los jabalíes que se comen los nidos, y contra lo que piden planes de ordenación para controlar a los mustélidos (comadrejas) o los meloncillos”, además de los controles de córvidos y zorros.
“El ojeo de perdiz tiene muy buena comercialización, la temporada pasada copó el 70% de los 200.000 jornales, por lo que le pedimos a administración que tome cartas en el asunto”, señaló Villanueva.
La actividad cinegética cuenta con varias modalidades, desde el perfil más social, en cotos públicos o colectivos, hasta las cacerías organizadas por parte de los propietarios de fincas y la de carácter más comercial con empresas que gestionan los cotos privados.
El presidente de Aproca reivindicó “el cambio social” en torno a un sector que ha sabido ofertar paquetes atractivos “y exclusivos de España” para cazadores extranjeros, tanto en los ojeos de perdiz, como en las monterías, “más caras y con trofeos peores que en el norte de Europa, pero asociadas a un producto vinculado al medio ambiente, a la forma de organizar la propia actividad y a nuestra gastronomía”.
Sobre caza menor, el portavoz de Aproca, incidió en que el conejo se ha diezmado en un 90 ó 95% en sus hábitats naturales por la enfermedades hemorrágica vírica, mientras que en otras zonas donde se ha desplazado “más agrarias”, con menos predadores y libres de enfermedad, “la situación es más fluctuante”.
Irregular
El delegado provincial de la Federación de Caza de Castilla-La Mancha, Manuel Aranda, también dibuja un buen panorama en caza mayor, con la venida de las primeras lluvias.
“En caza menor está muy irregular, dependiendo de las zonas, con una temporada en perdiz desigual, mermas de conejos en algunos territorios, mientras que en las zonas habituales como en la comarca de La Mancha, en Manzanares, Valdepeñas o Alcázar, hay verdaderas plagas”.
La liebre es otra especie “que va a menos” y cuya poblaciones, según dijo, serán objeto de estudio, como se anunció en el último Consejo autonómico de Caza.
También recordó que de la mano de la entidad, cazadores federados de la región podrán participar en las jornadas de caza mayor a precios accesibles, como tres monterías en el coto ‘Los Pilones”, entre los términos de Saceruela y Abenójar, y dos recechos de ciervo en berrea, dos recechos de corzo y cuatro de aguardos al jabalí.
En cuanto a caza menor, la Federación está ofreciendo convocatorias desde el 15 de octubre al 14 de enero de 2017.
Control dificultoso
El presidente de la Asociación de Titulares de Cotos, Cazadores y Actividades Afines al Sector Cinegético (Atica), Juan Caballero, coincidió en que la primavera estimuló la cría en especies de la modalidad de caza mayor, “con buenos trofeos”, mientras que la perdiz y la liebre, en menor, están diezmadas por un control de predadores “dificultoso” por las limitaciones oficiales, además por los efectos nocivos de las labores agrícolas para estas especies.
Respecto a la Ley de Caza, lamentó que los “grupos ecologistas más extremistas presentes en la mesa de trabajo quieran hacer una ley anticaza”, por lo que la Consejería de Agricultura “lo tiene complicado”.
Dijo esperar que el borrador pendiente de tramitación parlamentaria “haya tenido en cuenta nuestras alegaciones”, pues “los cazadores, las personas que viven de la caza y los ayuntamientos de los pueblos vinculados a esta tradición son los que conocen el peso del sector y los principales protectores del medio natural”.