Nuevo accidente mortal en una finca de caza. Ocurrió también el pasado mes de diciembre, en los montes de Ciudad Real. Esta vez el anfitrión era la familia Gut, propietaria de la compañía de seguridad Prosegur, que había organizado una montería de jabalíes en su finca de La Romera, una vasta extensión de hectáreas que arranca en las inmediaciones de la pedanía de El Villar, al sur del municipio de Puertollano.
Tanto Helena Revoredo, viuda del fundador de Prosegur, como sus hijos Chantal y Christian Gut son grandes aficionados al mundo cinegético. Normalmente, tanto en la finca de Ciudad Real como en la de Cuenca suelen tener lugar grandes monterías con algunas de las escopetas más ilustres de invitadas (Entrecanales, Botín, March, Abelló, Mora-Figueroa, Álvarez???), todos ellos clientes y amigos a los que agasajar con una jornada de caza.
En esta ocasión, la víctima fue también uno de los miembros del equipo organizador. En concreto, el profesional que al que se denomina dentro del argot cinegético como ???el perrero???, es decir, la persona que se encarga de conducir la rehala, una jauría de cerca de dos docenas de perros de caza mayor con la que este especialista se encarga de batir la zona de mancha para levantar los jabalíes, los corzos o los venados.
El incidente que terminó con la vida del perrero no pudo ser más fortuito. A la conclusión de la montería, los encargados extrañaron la presencia del perrero. Tras salir a su búsqueda, los compañeros y demás participantes de la cacería encontraron su cuerpo con una especie de lanza clavada el pecho, probablemente fruto de un resbalón mientras llevaba la rehala. Este arma, igual que un machete, es utilizado para rematar a las piezas de caza.
El accidente conmocionó a todos los asistentes. En el recuerdo de los presentes estaba fresco el episodio trágico que unos días antes había tenido lugar en otra finca de Toledo, donde un disparo por error acabó con la vida del organizador y propietario de la finca. En ambos casos, episodios fortuitos que la comunidad de cazadores teme que den una imagen de riesgo que no se corresponde con una práctica que cuenta con casi un millón de licencias.
Quien sí disfrutó de una jornada de caza sin incidentes fue el promotor sevillano José Recio, nuevo titular del record de España de venado después de que el pasado mes de septiembre abatiera en su propia finca sevillana a un ciervo ibérico puro con una cornamenta de más de un metro y 12 kilos de peso. Este trofeo estaba en poder del inversor Juan Abelló desde 2004, quien a su vez superó el registro que ostentaba antes el Rey Juan Carlos.
Según informó ayer el diario El País en un reportaje titulado La cazadería gana siempre, la marca del último record nacional se corresponde a un animal concebido en una granja cinegética y posteriormente criado y alimentado como si fueran ganadería. A este respecto, hay opiniones para todos los gustos. Quien no ha puesto pegas es el inmobiliario sevillano, que después de tres meses de espera ha visto su pieza reconocida con 236,4 puntos. Una marca de título.