De los perros envenenados, una veintena ha muerto a los pocos minutos de ingerir el líquido y el resto ha sufrido una lenta y dolorosa agonía y ha acabado teniendo el mismo final. María Luisa Pineda, propietaria de esta rehala de perros de montería, ha indicado: “No podemos entender lo que ha pasado porque no hay derecho para esta salvajada”. “Esto es horrible, como si se hubiera muerto un familiar, porque a algunos de estos perros los hemos criado desde cachorros e incluso los hemos amamantado”, ha añadido la propietaria de esta finca situada a las afueras de Brihuega en la que el autor o autores de estos hechos también han quemado una caseta de aperos.
La Guardia Civil se ha hecho cargo de las investigaciones para determinar si este ataque se ha debido a una venganza o a una brutal gamberrada. Para tratar de identificar al culpable o culpables analizará los bebederos de los perros así como la cuchara utilizada para mezclar el veneno con el agua.
La finca objeto de este ataque tiene todos sus papeles en regla y está dada de alta en el Ministerio de Agricultura en la categoría de “Rehala o perrera autorizada para perros en refugios”.