Cazadores de Tierra de Campos
denuncian la presencia de furtivos por las
noches que, utilizando vehículos,
están diezmando las poblaciones,
principalmente de liebres y perdices.
Los hechos van a ser comunicados a la
Guardia Civil del puesto de Manganeses de la
Lampreana y los cazadores van a organizar
esperas nocturnas en el campo para detectar
el movimiento nocturno de vehículos y
localizar a «estos terroristas
cinegéticos», según
expresión de Roberto Heredero
Fernández, secretario del coto de
Moreruela de los Infanzones. De momento, lo
que queda es la huella de las roderas de los
vehículos en las parcelas.
Los furtivos atacan por las noches.
«Utilizan vehículos «todoterrenos» que
entran a toda velocidad por barbechos y
rastrojos y persiguen a las liebres hasta
atropellarlas y matarlas, es una barbaridad que
en las últimas semanas se ha
incrementado», denuncia Roberto Heredero,
que advierte que las polladas de perdices
también han sido víctimas de la
«persecución mortal».
Esta práctica furtiva ha sido
detectada en Moreruela de los Infanzones,
pero también en Aspariegos,
Villarrín, Malva, Granja de Moreruela y
otros pueblos de las comarcas de Tierra de Pan
y Tierra de Campos. Los cazadores aseguran
que las poblaciones de liebres y perdices,
abundantes a principios de verano en la zona,
se han visto muy reducidas. «Hay la mitad de
la mitad», aseguran.
Los socios de los cotos afectados han
decidido organizar esperas nocturnas para
detectar cualquier movimiento de
vehículos. «Al final te das cuenta –
asegura Heredero Fernández- que es
muy importante para poder desenmascarar a
estos sinvergüenzas, que seguramente
están conviviendo con nosotros, la
colaboración de cualquier persona que
pueda ver algo sospechoso por la noche,
algún coche saliendo de algún
camino, personas que se mueven a horas no
habituales por zonas nada comunes?, y que
pueda facilitarnos la matrícula del
coche para poder aportar a la Guardia Civil
algo concreto y poder hacer un seguimiento a
estos terroristas cinegéticos».
Los furtivos actúan en noches muy
oscuras, cuando no hay nadie por el campo.
Utilizan vehículos «todoterrenos» que
circulan por tierras y eriales. Cuando ven una
pieza, la persiguen hasta atropellarla, algo que
es muy fácil en el caso de las liebres
que suelen correr buscando la luz.
También las perdices son
fáciles de atropellar cuando son pollos
y apenas vuelan.
Roberto Heredero asegura que
«atrás quedan los esfuerzos de cuidar
los refugios, mantener los comederos y
bebederos, reducir el número de
días de caza la pasada temporada,
respetar los cupos y normas que fija la junta
de cazadores…». Y advierte: «No podemos
echarle la culpa a las alimañas, este
año ni siquiera ha sido necesario utilizar
los permisos que concede la Junta de Castilla y
León para cazar el zorro, ya que estos
estás diezmados y enfermizos, tienen
la sarna, probablemente porque su fuente
principal de alimentación en este
momento sean los topillos».
Los cazadores de Moreruela denuncian la
situación por la que están
atravesando las especies cinegéticas:
«Ya no solo es la tularemia, la coccidiosis, la
enfermedad vírica…, ahora
también son los furtivos nocturnos».