La comarca abulense de La Moraña revive desde hace unas semanas la lacra del expolio de los pollos de perdiz de sus cotos de caza.
Nada más comenzar la campaña de siega de cereal, cuando los campos quedan al descubierto y la perdiz aún no tiene fuerza suficiente como para esconderse y eludir el acoso de vehículos todo terreno, esta comarca vuelve a soportar el ataque de auténticos y lo que es peor de conocidos y desalmados, a la vez que impunes depredadores de dos patas que, ayudados por el terreno llano como la palma de la mano, de quads, de vehículos todo terreno o de motos camperas tratan de hacer su particular agosto a base de robar lo que la madre naturaleza da al campo.
Los pollos de perdiz son el oscuro objeto de deseo de personajes conocidos en la zona, a los que nadie para los pies. Alguno de ellos tiene apodo de antigua moneda española y buscan la peseta fácil a costa de esquilmar cualquier coto que se ponga por delante.
Según los cazadores de cotos como Palacios de Goda, Donvida, Sinlabajos, Aldeaseca, Barromán, Pozancos, San Esteban y Castellanos de Zapardiel, Madrigal de las Altas Torres, Moraleja de Matacabras, Blasconuño, Cantiveros, Flores de Ávila, Cisla; Mamblas, Langa y Fontiveros, donde incluso hay Cuartel de la Guardia Civil, «todos los veranos se expolian cantidades de pollos de perdiz que se cifran en miles».
Esta situación ha motivado que al menos 17 localidades de la zona hayan solicitado por escrito a una de las responsables del Servicio de Medio Ambiente de Ávila, Rosa San Segundo, y al Servicio de Protección de la Naturaleza SEPRONA de Ávila una especial vigilancia para la comarca.
Sin embargo, el expolio de pollos de perdiz continúa. «Es lamentable comprobar cómo no hacen caso de nuestras denuncias, mientras que auténticos raposos del campo y desalmados sin escrúpulos se llevan los pollos de perdiz por centenares», señalan.
«El Seprona no desconoce que en municipios como en Tiñosillos existen vecinos con sus corrales repletos de pollos de perdiz, que posteriormente venden a cazadores de Andalucía, Murcia o Castilla-La Mancha, donde la caza de la perdiz con reclamo sí está autorizada. Aquí viene gente de toda España a comprar nuestros pollos y pagan entre 100 y 140 euros por cada ejemplar. Toda la comarca conoce los vehículos furtivos y a quienes operan en ellos y sin embargo, no sabemos de denuncias formuladas, mientras que los perdigones continúan en los corrales a la espera de futuros compradores. Es tan fácil de comprobar como quedarse a la caída de la tarde o al amanecer a las puertas de algunos corrales de pueblos de la zona y escuchar a las perdices cantar dentro de ellos. Estamos indignados. Ya ha habido enfrentamientos cuerpo a cuerpo con algunos furtivos y nos tememos que algún día vaya a haber alguna desgracia que lamentar porque los cazadores están muy alterados al comprobar día tras día como les roban de sus cotos a la reina de la caza menor, a la perdiz roja, mientras que nadie pone fin a esta lacra» señala alcalde de Aldeaseca y presidente del coto de la misma localidad, Jesús Izquierdo.
Entretanto, en los foros y en bares de la zona, se carga contra el Seprona, a quien se le reprocha que, «sólo controla a quienes cumplen y dan la cara en el campo, mientras que a quienes deberían de denunciar se ríen en su cara», añaden.