Era «un secreto a
voces» entre los vecinos de la
sierra de Cebollera, pero la
situación ha terminado
yéndose de las manos.
Cazadores y ganaderos han
detectado ya al menos 20 casos de
sarna en los ciervos de El Valle.
En las últimas semanas
han encontrado varios ejemplares
sin vida en los cauces de los
ríos y en las proximidades
de las carreteras. Algunos, de
hecho, han ido a morir a los
núcleos urbanos de
poblaciones como Rollamienta. La
Junta, a la espera de los
resultados de los análisis a
tres especímenes
sospechosos, que tardarán
unos 15 días, aún
no ha activado el protocolo de
seguridad. Hasta ahora, dicen,
«ninguna prueba ha dado
positivo».
La dirección general del
Medio Natural llama a la calma y
asegura que se trata de «casos
aislados» no verificados. «Los
ganaderos deben estar tranquilos,
podría tratarse de venados
desnutridos o que estén
mudando el pelo. De ser necesario,
seremos los primeros en dar la voz
de alarma. No podremos hablar de
epizootia, el equivalente animal a
una epidemia, hasta registrar
varios positivos», explican fuentes
del Ejecutivo autonómico. El
contagio entre especies es
«posible, pero hipotético»,
ya que los ácaros,
causantes de las afecciones, son
distintos en cada ser vivo. No
obstante, el sector primario
desconfía. «Es un brote
serio, negarlo es absurdo», opina
Raúl Ramírez,
secretario general de UPA Soria y
vecino de El Valle. Él dice
llevar «más de tres meses
matando ciervos enfermos». «No
sé si la Junta no ha actuado
por dejación o por miedo a
la realidad, pero ya es tarde»,
expone.
El delegado en Soria de la
Federación de Caza de
Castilla y León, José
Manzano, apunta a «una mala
gestión del Gobierno de la
Rioja», Comunidad de origen de los
primeros venados afectados, como
posible causa.
«Tienen un problema desde
hace años y no han sabido
gestionarlo. Ahora, la Junta debe
responder al problema, si es que
existe», asevera. El inminente inicio
de la berrea, que ya ha dado sus
primeros pasos, hace que la
situación sea
«especialmente preocupante», dado
que la sarna se transmite «por
contacto». De confirmarse, el brote
podría causar «un
daño enorme» a la
economía de la zona, dado
que los cazadores tendrían
«serios problemas» para vender el
producto.
El alcalde de Rollamienta, uno
de los núcleos más
afectados, confirma que hay casos
«por toda la reserva». «Lo hemos
puesto en conocimiento de la
Junta. Hasta que actúen,
aguantaremos lo que venga»,
indica Juan José
Arévalo. Los ganaderos
temen que la sarna se contagie a
«los animales domésticos».
«No sabemos cuánto
tardará, pero creemos que
llegará en un momento u
otro. Nos vemos indefensos»,
admite el secretario general de
UPA en Soria. Por ello, invita a sus
compañeros a «vigilar a sus
mastines». «Deben evitar que se
acerquen a los ciervos, son un foco
de contagio», manifiesta.
Actuar «de urgencia»
Los afectados piden que la
Junta reconozca el brote, como
hiciera en su momento el Ejecutivo
riojano, y actúe en
consecuencia «con urgencia». Las
muestran enviadas al laboratorio
de León serán
«concluyentes». Entre tanto, las
partes estarán
«especialmente vigilantes» para
evitar un posible aumento de casos
en el medio natural. Soria ya se ha
enfrentado a situaciones similares
en las últimas
décadas. Los cazadores
aún recuerdan la virulencia
de los brotes en cabras y rebecos.
«No se pueden acumular animales
sin orden ni concierto. Si no se
cazan, debe promoverse un control
poblacional», defienden desde la
Federación de Caza de
Castilla y León.