Las consecuencias que se derivarían de la aprobación de la propuesta de la ponencia sobre la Ley de Caza no son conocidas por los políticos adoptantes del acuerdo y tampoco por los representantes de los baserritarras que activamente las han solicitado en los medios. Me explico, la Federación Guipuzcoana es responsable desde hace casi una década de los daños producidos por jabalíes en pastos y huertas de caseríos, siempre que estos no se produzcan en zonas de seguridad. Reparamos y abonamos daños en terrenos donde se puede practicar la caza y se realice gestión con la especie, pero no es responsable en los terrenos donde no se puede practicar la actividad cinegética. Desconozco si los baserritarras guipuzcoanos son conscientes del problema que va a derivar de las demandas de sus representantes. El ente federativo aplicara el mismo criterio que se le viene exigiendo hasta la fecha y aplicar estos perímetros de seguridad supondrá romper una paz existente hoy en día en el entorno rural. Esta es sola la primera consecuencia directa del acuerdo adoptado el pasado martes, por no hablar de los efectos tan nefastos que tendrán en nuestro colectivo. La Federación y demás defensores de la caza quieren seguir dialogando con los partidos pero la paciencia tiene un límite, y los cazadores demandan ya acciones de protestas según hemos podido observar en la última asamblea del 19 de este mes.