Los ataques de
jabalí a prados y, sobre
todo, fincas de maíz se han
incrementado en los
últimos días,
precisamente, cuando está
a punto de comenzar la cosecha.
«El jabalí parece darse
cuenta de que el banquete
está a punto de terminar»,
ironizan desde Unións
Agrarias, que insisten en reclamar
a la Consellería de Medio
Rural «un plan específico»
para luchar contra esta «plaga». Los
ganaderos valoran la labor que
realizan las sociedades de caza en
forma de batidas, pero entienden
que sus esfuerzos «son pocos»
ante la existencia de una «plaga»
que Medio Rural «no quiere ver»,
pues «solo espera a que pase la
temporada del maíz para
escurrir el bulto».
Los afectados ven como el
comportamiento del jabalí
«es cada día más
inteligente y astuto», de modo que
los métodos utilizados para
impedir su entrada en las parcelas
ya «no son eficaces ni eficientes».
Ni bombas de ruído, ni
cierres de alambre o pastores
eléctricos pueden combatir
al cerdo salvaje, que en las
últimas jornadas ha
aumentado sus incursiones.
Así, el pasado fin de
semana hubo daños en
Dozón, en una finca de
Javier Lamazares Novoa, en Saa,
de 4.000 metros; y en Rodeiro, en
una plantación de
maíz de tres
hectáreas en
Rañestras, de la
ganadería Polego, y en otra
de dos hectáreas en
Trasulfe, propiedad de José
Luis Presas Valladares. Todas ellas
estaban cerradas con pastor
eléctrico.
Desde Unións exigen a
la Xunta que tome «medidas
contundentes» para frenar lo que
catalogan como «ruína»
para las explotaciones ganaderas,
«tan grave como la bajada del
precio de la leche». Y es que, una
vez recogido el maíz, el
jabalí la emprenderá
con las semillas de los prados
renovados y los pastos
permanentes.