El cuerpo presenta un
avanzado estado de
descomposición, así
que probablemente lleve al menos
varias semanas en ese
lugar.
Dado el estado en que se
encuentra, a simple vista no se
aprecia si el animal recibió
algún disparo o si tiene
heridas como las que provocan los
lazos empleados en la caza ilegal.
Quien lo colgó se
preocupó de que quedase
bien a la vista en una zona
pública. Después de
atarle una cuerda al cuello la
amarró a la parte superior
de un muro de piedra que delimita
parte del trazado de un camino sin
asfaltar. El sendero discurre entre
viñas y probablemente fue
utilizado en su día para
acceder a alguna de las barcas con
las que en tiempos se cruzaba el
río en esta parte del
cañón del Sil. En
cualquier caso, en la actualidad lo
utilizan básicamente los
propietarios de las viñas de
la zona y esporádicamente
algún aficionado al
senderismo.
El lugar en el que está
colgado el jabalí
está en la zona conocida
como Riba de Sil, cerca del barrio
de San Vicente y por debajo del
pueblo de Pombeiro.
Es difícil saber
qué intenciones
tenía el individuo que
colgó el animal muerto en
este lugar. La manera de dejarlo
recuerda a los sacrificios de perros
de caza abandonados atados a un
árbol para que mueran de
hambre relativamente habituales
en algunos lugares de Castilla,
pero al tratarse de un jabalí
quizás pretendía
que su olor espantase a otros
animales de su especie.