Los datos obtenidos en una cueva prehistórica hallada en la frontera que separa Ceuta de Marruecos, con una antigüedad de más de 250.000 años, han permitido determinar que el hombre cazador prehistórico vivía aislado y que el agricultor comenzó a relacionarse en esa época.
Las analíticas sobre los restos hallados en la cueva de La Cabililla han permitido reforzar esta teoría, en base a las pruebas efectuadas por el profesor geólogo Salvador Domínguez Bella en la Universidad de Cádiz, según han informado a los periodistas fuentes del área de Cultura del Gobierno ceutí.
Los datos han determinado que en la prehistoria las comunidades de cazadores y recolectores se movían pero lo hacían en un espacio reducido, por lo que no se han encontrado materiales lejanos en la cueva.
El profesor Domínguez Bella ha destacado la dificultad que tiene determinar el origen de algunas piezas líticas, entre ellas unas cuentas de collar que todavía no tienen un origen fijo.
El equipo que trabaja en la excavación de la cueva y el abrigo de Benzú, que próximamente efectuará otra prospección, ha recurrido al prehistoriador y pintor Antonio Monclova con la intención de que ilustre los datos obtenidos en los últimos diez años en esta excavación.
La intención es dibujar escenas cotidianas de la vida en el Paleolítico y en el Neolítico adaptadas a los hallazgos de esta cueva.
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