De todo, como en botica. Un día espléndido de campo posibilitó ayer a miles de cazadores estrenarse, con desigual éxito, en la temporada de caza menor. La suerte fue por barrios. Y mientras en la zona de Toro los resultados no podían ser más desoladores y más bien flojo en Sayago, en el Valle de Vidriales o Tábara cuentan los cazadores que se divirtieron.
Se vieron buenos bandos de perdices. Y, lo más importante, se capturaron ejemplares jóvenes. «Dentro de las capacidades que tenemos y teniendo en cuenta que la perdiz se encuentra en un punto crítico de recuperación, nos podemos dar por satisfechos», apuntaba Tomás Yanes, cazador en el Valle de Vidriales con la experiencia del primer día de actividad cinegética. Las iniciales impresiones hacen pensar que este año la perdiz «ha criado mejor» que el pasado, que fue bastante desastroso.
Una temperatura adecuada en primavera, ausencia de tormentas y el retraso de la siega parece haber influido muy positivamente en la cría del ave. Los pollitos han podido salir del nido sin problemas y se han podido desarrollar en buenas condiciones. «Hay más perdices que el año pasado y se ven nuevas», datos muy positivos para la evolución de la especie, según afirma Tomás Yanes.
Y como si de las antípodas se tratara, en la campiña toresana estaba la cruz de la moneda. «Ha sido un día muy aburrido, ni perdices ni liebres. A este paso nos va a tocar cerrar la caza pronto». Las palabras de Luis Martínez, presidente de la Asociación de Cazadores de Toro destilan el abatimiento de los cazadores de la zona. «La gente está desesperada y desilusionada, sabíamos que el año no iba a ser muy allá pero se habían visto algunos bandos de perdices y pensábamos que iba a ser mejor».
El representante cinegético no sabe qué pensar de la situación. «La primavera ha venido buena, hay vegetación y tampoco se han visto tantas alimañas, la caza se tenía que haber recuperado pero a la hora de la verdad es que no hay nada; es que ni se sienten tiros. No se si las lluvias de junio habrán estropeado los nidos o al final van a ser los herbicidas los que hace daño», comentaba Martínez al mediodía de ayer después de varias horas pateando el campo en busca de pieza. Ante tal situación, el presidente de la Asociación de Cazadores de Toro cree que habrá que tomar alguna decisión. «Lo mismo cuando pasen dos o tres domingos tenemos que cerrar, por lo menos las perdices, y quedarnos sólo con los conejos».
De «flojo» calificaba el primer día de temporada Julio César Moralejo, cazador de Roelos de Sayago. «Lo que más se ve es jabalí, por lo menos las huellas; pero la caza menor va a menos. En conejo, que es lo que más tenemos por aquí, se ve que la enfermedad (mixomatosis y vírica) no está erradicada. Y en perdiz apenas se han visto polladas este año».
Mejores noticias llegaban desde algún coto de la zona de Tábara. Luis Ramos, cazador en Moreruela, se divirtió en el estreno de temporada. «Se ha visto bastante perdiz, y eso es porque ha criado bien; y la liebre ha estado más floja, al igual que el conejo». Este cazador no esperaba menos. «Se veía que había buenas polladas» y la primera salida con la escopeta no ha hecho más que confirmar las previsiones.
En la comarca de La Guareña, como es habitual, la campaña se retrasa unos días, este años al 31 de octubre, con el fin de conservar la perdiz. No obstante José Antonio Prada, presidente de la Delegación de Caza de Zamora y cazador en Fuentesaúco, no vaticina un mal año para la perdiz. «El año pasado fue malísimo porque no crió pero esta temporada ha venido una buena primavera y hay mejores expectativas». Menos optimista se muestra Juan Pascual, que caza en Guarrate; «creo que hay una merma grande, no veo polladas ni a las viejas tampoco. Ayer (por el sábado) vi un bando de perdices cuando en esta zona otros años se ven hasta diez y quince bandos. Yo, la verdad es que tengo desconfianza».
Por otro lado, la Junta, a través de la Agencia de Protección de la Salud y Seguridad Alimentaria de Castilla y León, ha elaborado y difundido 50.000 folletos y 1.000 carteles informativos con recomendaciones para que los cazadores disfruten de la actividad cinegética con la mayor seguridad sanitaria. Los dípticos recogen las correctas prácticas higiénico-sanitarias a observar tanto durante la caza como a la hora de manipular estos alimentos, informa la agencia Ical. La carne obtenida a través de la actividad cinegética puede ser destinada al autoconsumo por parte de los propios cazadores o comercializada previo paso por una sala de manipulación específica, en la que los veterinarios verifican su aptitud para el consumo humano.
En esta guía, la Agencia recoge buenas prácticas y usos a seguir en relación con las carnes de caza, ya sean éstas de caza mayor o menor. Así recuerda que la caza debe consumirse sólo tras su inspección veterinaria, especialmente, si se ingiere como embutido. En el caso de animales que pueden transmitir la triquinosis, como los jabalíes, indicó que se deberán recoger muestras de diversas partes de cada animal para su análisis por un veterinario.
Hay que evitar la manipulación de animales muertos, enfermos o con comportamientos no naturales, poniéndolo en conocimiento de la autoridad competente. Siempre hay que ponerse guantes en el desuello y en la posterior manipulación de los animales, hasta que éstos estén cocinados. En el caso de las liebres, la utilización de guantes y mascarillas ha de ser aún más estricta, ya que pueden transmitir la tularemia. No dé vísceras crudas a tu perro, puede transmitir enfermedades. Ha de evitarse la ingesta de agua no controlada sanitariamente, indicó la Junta.
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