La aparición de cerca de
medio centenar de venados decapitados en
terrenos de la reserva de caza de Picos de
Europa, en la zona leonesa de Riaño, ya
tiene parte de explicación. Porque la
Junta de Castilla y León ha reconocido
que son sus agentes medioambientales los que
están decapitando a algunos de estos
animales salvajes.
¿El objetivo? Evitar que lo hagan
cazadores furtivos. De esta forma,
además, al entregar las cornamentas a
las juntas vecinales, éstas obtienen una
importante fuente de ingresos derivada de las
pujas de los trofeos de caza.
Según reconocieron fuentes del
Gobierno castellanoleonés a La Nueva
Crónica de León, cuando
encuentran un ciervo muerto, los agentes
medioambientales les retiran la cornamenta y
posteriormente abandonan el cadáver
del animal «para que la naturaleza
pueda completar su ciclo», es decir,
para que otros animales salvajes se alimenten
de ellos.
Para los vecinos de pueblos como
Riaño, Burón, Acebedo, Boca de
Huérgano, Sajambre y Valdeón,
la aparición de cadáveres de
animales salvajes mutilados es «un
espectáculo espeluznante,
dantesco» que puede dañar la
imagen turística de la zona leonesa del
Parque de Picos de Europa. La mayoría
de los animales muertos se encontraron cerca
de núcleos habitados y de la carretera
N-621, que conecta con Santander.
También se ha extendido la
preocupación de que los animales en
descomposición puedan propagar
enfermedades como la sarna y la brucelosis,
pues la mayoría se encuentran en
praderas que, tras el deshielo, podrían
transmitir estas enfermedades a los pastos de
los que se alimentará el ganado a
partir de primavera.