El Servicio de Protección
de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil
de Huesca ha interpuesto 223 denuncias a
cazadores por infracciones administrativas
referidas al bienestar animal de los perros de
caza y a su situación sanitaria.
Según informó el Instituto
Armado, esta operación, bautizada
como Mantecón, se realizó en
zonas de caza de la provincia de Huesca
durante los meses de enero y febrero y
permitió a los agentes controlar 732
perros de caza en el medio centenar de
servicios efectuados.
El objetivo principal de esta
operación era la localización de
vehículos con remolques para perros y
la lectura de los microchips de cada animal a
fin de cotejar los datos con los de sus
respectivas cartillas y verificar la titularidad, la
vacunación y el estado general de los
perros, según informó la
Guardia Civil.
EL TRANSPORTE
Los agentes, durante la operación,
comprobaban también en los controles
realizados las condiciones del transporte
empleado a fin de verificar si el remolque
estaba desinfectado y disponía de los
precintos obligatorios para el transporte de los
animales.
El objetivo secundario de la
operación era detectar también
si en los transportes había posibles
perros sustraídos en la provincia de
Huesca que tuvieran como destino puntos
diversos de las comunidades de Navarra, La
Rioja, País Vasco y
Cataluña.
Al término de la operación
Mantecón, los agentes del Seprona
habían formulado 62 denuncias por
infracción a la Ley de
Protección Animal de Aragón.
De ellas, la Guardia C57 correspondían
a la falta de vacunas obligatorias en los
perros, 59 se referían a deficiencias en
el transporte de los animales y 45
irregularidades de índole
diversa.
En el marco de esta operación, los
agentes de la Guardia Civil de Huesca
recuperaron un perro de caza sustraído
durante el transcurso de una batida llevada a
cabo en el término municipal de Robres
y otro en Gurrea de Gállego al que se
le había extraído el microchip
con un bisturí.