Lo que iba a ser una jornada de paseo después de que se retirase la lluvia vespertina se convirtió en una huida despavorida. Unos vecinos de Meirás descubrieron ayer cómo ante su camino se cruzaba corriendo un jabalí «de grandes proporciones».
Ocurrió en las proximidades de la iglesia de San Martín de Meirás, donde también se encuentra el inmueble que acoge la asociación de vecinos de la parroquia.
Otros residentes, en cambio, reaccionaron con más tranquilidad, ya que aseguran que la presencia de jabalíes en la zona es muy común y se trata de «animales dóciles». Al lugar se desplazaron miembros del Servicio de Emergencias Municipal de Sada, que descubrieron un ejemplar menos voluminoso y que acabó huyendo a un maizal cercano. Después de escapar, el jabalí avanzaba a carreras, aparecía y desaparecía entre la flora ante los curiosos. En el barrizal ubicado tras el cementerio se veían marcas que delataban la presencia de otros jabalíes y de mayores proporciones.
Durante este año, el Servicio de Emergencias Municipal atendió cuatro llamadas por apariciones de jabalíes. Así ocurrió en las parroquias de Osedo, Veigue y Mondego. Pero el caso más llamativo ocurrió en el propio núcleo urbano de Sada, cuando un ejemplar «especialmente grande» llegó nadando a la zona portuaria.
Para estos casos los operarios utilizan lazos especiales. «Aquel del puerto no era precisamente dócil, hubo que trabajar con mucho cuidado», recuerda Alejandro Morales, coordinador del Servicio de Emergencias de Sada, que recibe una media de tres llamadas al año por accidentes provocados por animales salvajes. Precisamente esta semana la Federación Gallega de Caza hizo público un informe según el cual la comunidad había registrado mil accidentes de tráfico en el 2009 provocados por jabalíes y corzos.