Ecologistas en Acción ha
asegurado que el Gobierno regional
tendría que haber impuesto una
‘estricta’ prohibición del
uso de lazos en los cotos de caza antes de
soltar linces en los Montes de Toledo, pues
‘más de 3.000 lazos esperan a
estos animales’.
Ecologistas en Acción ha asegurado
haber identificado una parte de los puntos
negros con los que se encontrarán los
linces ibéricos en las inmediaciones de
su área de reintroducción en los
Montes de Toledo.
Han denunciado que en el entorno de la
zona de suelta hay «un buen número»
de cotos de caza donde se instalan
métodos de control de predadores,
como los lazos y los alares, que no son
selectivos y en los que puede trampearse un
lince ibérico o cualquier otra especie de
mamífero predador protegido o
no.
Según esta organización, al
pié de los Montes de Toledo, en un
radio de sólo unos 30
kilómetros de la zona de suelta hay no
menos de 60 cotos de caza que piden
sistemáticamente autorización
para instalar baterías de lazos con el
pretexto de controlar zorros.
«En promedio, la Consejería de
Agricultura, a través de los Servicios
Periféricos de Toledo viene autorizando
unos 50 lazos por coto, lo que significa que
serían 3.000 el número
mínimo de estas trampas que se
permiten usar en esa limitada zona»,
mantienen.
Los enclaves de mayor demanda de los
cotos de caza para instalar estas trampas se
focalizan a lo largo de los valles del río
Guajaraz y del río Torcón,
así como en el entorno de los cerros de
Noez, Layos y Pulgar.
Según esta organización
proteccionistaa, algunos términos son
especialmente peligrosos para los predadores
protegidos como es el caso, por ejemplo, de
Layos, Guadamur, Polán, San
Martín de Montalbán, La Puebla
de Montalbán y Pulgar.
Además, han indicado que el
departamento que dirige Soriano, a pesar de
que debía haberlo hecho con
anterioridad a la suelta, «no ha aprobado la
delimitación de las zonas de presencia
de lince en la provincia, lo que hubiera
obligado a los cotos a usar métodos
alternativos de control del zorro».
Dicen que esta situación se
está dando a causa de la resistencia
que Aproca, Atica y la Federación de
Caza de Castilla-La Mancha muestran a la
implantación de estas medidas y a que
desde Iberlince ni se ha actuado
coordinadamente ni se ha exigido a la
Consejería que tuviera preparado a
tiempo el terreno para acoger los linces
reintroducidos.