Entrados ya en el mes de noviembre, de tradición frío y lluvioso, aún no se ha producido ninguna suspensión destacable de una cacería. Una situación poco frecuente que, según la lógica, debería comenzar a producirse con la llegada del penúltimo mes del año.
En los casi tres meses desde el arranque de la temporada de caza mayor, la gran mayoría de cotos asturianos han tenido un cien por cien de días hábiles, merced a un buen tiempo que sigue sorprendiendo a propios y extraños. Salvo un fin de semana en el que las lluvias condicionaron el número de capturas (en ningún caso la posibilidad de practicar la caza), hace ahora quince días, el resto de jornadas destacaron por el buen tiempo.
Aunque no hay un reglamento específico al respecto, hay factores que imposibilitan la práctica cinegética. Uno de ellos es la nieve, que cuando cubre un porcentaje amplio de la superficie del lote no permite la caza. A fecha de hoy, y al contrario de lo que ocurriera en años anteriores, esta situación no se ha dado en ningún coto asturiano.