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El calor y la maleza complican el inicio de la temporada de caza en la Reserva

El calor y la maleza son una pésima combinación para la caza. Y ayer, de nuevo, se dio una prueba de ello. Aunque las expectativas eran justificadamente optimistas, los cazadores que ayer debutaron en la Reserva del Saja se dieron de bruces con la realidad.

Los montes están cubiertos de maleza, lo que impide ver a los animales, y, además, el calor reinante hace que los perros queden agotados a las primeras de cambio. Y si los tiradores no ven y los perros no pueden… bueno, pues ocurre lo que pasó ayer.

Desde primera hora de la mañana quedó claro que alcanzar los recién aumentados cupos iba a ser casi imposible. Los monteros y sus perros, como cabía esperar, movieron los jabalíes, porque eso sí, jabalíes hay. Sin embargo, resultaba materia casi imposible verlos entre la maleza, lo que facilitaba su huida. Con el paso de las horas, por si los problemas fueran pocos, los perros iban acusando el calor y, también, la falta de entrenamiento, lo que se tradujo, en la mayoría de los casos, en un abandono precipitado de las batidas.

Esto fue lo que ocurrió en prácticamente todas las cacerías celebradas en la comarca lebaniega. En la cinco batidas llevadas a cabo ayer en diferentes lotes de la comarca, solamente se pudieron abatir diez ejemplares y en dos de esos lotes los cazadores no cobraron ninguna pieza. Con este panorama, hablar del cupo de 16 ejemplares establecido por la administración para esta zona resulta casi ridículo.
Resultados

La más afortunada fue la cuadrilla 16 capitaneada por José Antonio Casares, que tenía la suerte de cazar en el lote de Panda y Carrielda que, por resultados, puede considerarse el mejor de la Reserva. Pese a todo, sólo pudieron abatir cinco suidos, que cayeron a manos de Antonio González (2) y Alberto Heras, Félix Alonso y Rubén Martín, con un ejemplar cada uno de ellos. Casares, jefe de la cuadrilla, resaltaba «el mal estado del monte, lo que dificulta el trabajo de los perros a la hora de seguir los rastros».

Tres cerdos salvajes abatieron los integrantes de la cuadrilla 62, capitaneada por Manuel Ángel González, en Dobra y Regaos. Óscar Bañuelos, José Antonio Bravo y Javier Hernández, fueron los afortunados.

La cuadrilla 141, de Celestino Cuevas, de Bedoya, cazó en el lote de Calejo y Linares, y consiguió abatir dos ejemplares, cobrados por José Antonio Llorente y Juan Antonio Mena. En Canales y Monte Cubino no se tocó pelo.

En el resto de las comarcas, las cosas no marcharon mucho mejor. Por ejemplo, en la de Valdeiguña, la cuadrilla de Román Varela no tuvo fortuna en el lote estrella, Montequemao, y, aunque levantaron jabalíes, no pudieron cobrar ninguno. Javier Fernández sí tuvo más suerte en Coo, en donde abatió un ejemplar.
En la comarca del Nansa, los de Samuel Ruiz cazaron cuatro piezas en Hayedo Tejeo, mientras que los de Ángel Sierra se bajaron de Negreo y Troncos con un jabalí.

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Redacción periódico digital Desveda #caza #pesca #tirodeportivo #rural #naturaleza

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