Ha vuelto a pisar el monte
después de cuatro meses dedicado a
tareas administrativas, después de que
el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y
León (TSJ)ratificara su
absolución por falta de pruebas.
Alberto García, el celador de la
Reserva de Caza de Los Ancares que
había sido acusado de ser el autor del
incendio que a finales de octubre de 2011
calcinó más de trescientas
hectáreas en los montes de Porcarizas
y Campo del Agua, ya dispone de
vehículo y medios para desplazarse a
La Reserva y retomar su trabajo tal cual era
antes de su detención y puesta en
libertad bajo fianza a la espera de que se
resolvieran las acusaciones.
«He sido un cabeza de
turco», declaró ayer al digital
www.bierzonoticias.com, después de
confirmar que hasta ahora sólo
realizaba tareas administrativas en Ponferrada.
Alberto García fue declarado «no
culpable» por un jurado que no
consideró fiable el testimonio de dos
testigos que declararon haber visto al celador
con unos prismáticos en la zona donde
comenzó el incendio. El jurado de la
Audiencia Provincial no explicó por
qué razones desconfió de los
principales testigos de cargo de la
acusación, lo que dio pie a un recurso
de la Fiscalía y las acusaciones de la
Junta de Castilla y León, Ecologistas en
Acción y la Fundación Oso
Pardo ante el TSJ que finalmente fue
archivado. Los magistrados de Burgos
entendieron que el jurado no tenía por
qué razonar sus motivaciones.
«No había hecho nada y
nada se ha demostrado que haya
hecho», reiteró ayer el celador,
que aseguró haber pasado «tres
años que no se los deseo ni al peor de
mis enemigos».
Alberto García ejerce ahora de
celador en Peranzanes, plaza a donde
había solicitado el traslado y cuya
asignación se produjo semanas
después de su detención.