La Sociedad de Caza La Veguilla
ha intensificado los descastes en el Coto de
Benavente, según indican desde el
propio Club Deportivo.
El objetivo de estos descastes es evitar
que los animales causen daños en las
fincas incluídas en la
circunscripción del aprovechamiento
cinegético, por el que el pasado
año el Club ya tuvo que pagar 2.067
euros, más los intereses legales y las
costas procesales de un juicio iniciado al
dueño de una parcela de Benavente por
el agravio sufrido en sus tierras en el
año 2009.
El mismo dueño ahora reclama a la
Sociedad de Cazadores La Veguilla otros tres
mil euros por daños de hace siete
años.
«Si no cambia esto, harán
desaparecer el Coto, que es lo que quieren
algunos, pero no lo van a conseguir», indican
desde la Junta Directiva de la Sociedad de
Caza La Veguilla, desde donde acusan al
denunciante de haber echado cal en el terreno
«cobró por ello y ahora no hay quien
cace un conejo ahí», señalaron
las mismas fuentes durante la
celebración del juicio, cuya sentencia
ya han abonado.
El delegado de la Federación de
Caza en Zamora, José Antonio Prada,
explicó que éste «es un tema
muy común, también en la
zona de la Guareña se están
haciendo descastes continuamente.
Sólo en Fuentesaúco se han
matado en el último más de
2.500 conejos».
Prada pide a los agricultores «sensibilidad,
porque somos precisamente los cazadores
quienes les ayudamos a controlar las plagas de
conejos. Si desaparecen los clubes,
¿qué van a hacer ellos?», platea
llamando al entendimiento porque «el club
pone medios, ponen gente… también
hay que tener paciencia».
El portavoz de la delegación
provincial de caza considera que
«generalmente, la mayoría es gente
sensata, ven que hacemos lo que podemos.
Aunque tienen algo de daño no lo piden
porque es la naturaleza» y añade:
«estamos predispuestos a colaborar para
minimizar en la medida de lo posible los
daños. La solución es
comprensión, no intransigencia».
La Federación de Caza en Zamora
aconseja que, ante una situación como
la que ahora vive el Club de Caza La Veguilla,
«un técnico perite los daños por
si llega a celebrarse un juicio, porque
normalmente no suele corresponderse con lo
que el agricultor pide».