El Consell ratifica su respaldo a
los bous al carrer como seña de
identidad valenciana pero olvida al parany.
El Gobierno valenciano ha incluido a los
festejos taurinos como una de las tradiciones
que marcan la cultura valenciana en la ley de
señas de identidad cuyo anteproyecto
aprobó ayer el pleno del Consell, pero
no ha hecho lo mismo con esta modalidad de
caza ancestral con fuerte arraigo en la
Comunitat y la provincia, mientras sí
incluye la colombicultura o la pirotecnia.
Tanto es así que los paranyers se
sienten maltratados y menospreciados por el
Gobierno regional por no recoger esta caza
entre las tradiciones y usos
autonómicos propios de la cultura
valenciana. Ante ello, la asociación de
paranyers Apaval ya está trabajando en
una respuesta al Consell para que reconsidere
su postura, o bien en la tramitación
parlamentaria de la ley o posteriormente,
señala el presidente de la entidad.
Miguel Ángel Bayarri afirma que
“nadie se ha dirigido a Apaval”
para evaluar su inclusión en la ley.
“Se han olvidado con toda la
intención del mundo”,
continúa Bayarri, a quien le parece
“de vergüenza” la actitud
del Consell.
El presidente de Apaval estima que el
parany tiene “el mismo derecho que
nuestros compañeros de los bous al
carrer” –considerados patrimonio
cultural inmaterial de la Comunitat– de figurar
en la nueva ley de señas de identidad,
hasta el punto de ser “más
antiguo que los toros”.
Este será uno de los argumentos
que recogerá el escrito al Consell,
“donde relataremos toda la historia del
parany” y quedará recogido que
esta caza “tiene más que
acreditadas todas sus señas de
identidad”, concluye el propio
presidente de Apaval.
Como ya se conocía, y aunque
ayer el conseller de Gobernación, Luis
Santamaría, señaló que
“no es una norma
lingüística”, la defensa del
valenciano es uno de los objetivos de la ley
para diferenciarla de “las demás
lenguas del Estado” y destacarla
“como patrimonio exclusivo del pueblo
valenciano”. Hasta el punto de que la
ley establece la posibilidad de sancionar las
instituciones públicas o que reciban
subvenciones de la Generalitat y menosprecien
el valenciano. La norma también
establece la posibilidad de no otorgar ayudas
económicas para campañas que
vayan en contra de las señas de
identidad.
Para analizar todo ello se ha creado un
observatorio en el que figuran, además
de otras instituciones (ninguna
específica de Castellón), Lo Rat
Penat y la Real Academia de Cultura
Valenciana, pero no la Acadèmia
Valenciana de la Llengua y el Consell
Valencià de Cultura.
Santamaría argumentó la
inclusión de aquellas en que son entes
de “la sociedad civil”. Asimismo,
la ley prevé que los ayuntamientos
estarán obligados a intervenir para
salvaguardar las señas de identidad
vinculadas con su territorio.
La oposición –a excepción
del PSPV, que no se pronunció–
criticó la norma por partidista,
oportunista y fuera de la realidad.