Ayuntamiento, agricultores y
cazadores han unido sus fuerzas para tratar de
acabar con la plaga de conejos que azota
Épila desde hace tiempo y que se ha
intensificado en los últimos meses,
causando importantes daños en huerta,
frutales e infraestructuras.
Por ello, a lo largo del mes de marzo y
abril se han desarrollado varias reuniones, una
de ellas con el consejero de Desarrollo Rural y
Sostenibilidad del Gobierno de Aragón,
el director general de Gestión Forestal,
Caza y Pesca y el jefe de servicio de Caza y
Pesca, y otra con la directora general del Inaga
para tratar posibles medidas a tomar por parte
de todos.
Así, en vista que los cazadores
locales no son suficientes para acabar con la
plaga, una de las medidas adoptadas y que ya
se ha puesto en marcha es la de abrir el coto
de Épila. Ahora los socios del coto y los
agricultores pueden invitar a cazadores de
fuera, siempre que aporten la
documentación que acredite que
cuentan con todos los permisos y licencias,
según explica el alcalde epilense,
Jesús Bazán.
Además, junto al presidente y el
secretario del Atria de fruticultores,
Jesús Bazán acudió el
13 de marzo hasta la localidad de Utiel
(Valencia) recogiendo la invitación del
jefe de servicio de Caza y Pesca de
Aragón, Alberto Fernández,
para conocer las actuaciones que se han
llevado a cabo en este municipio para frenar la
brutal plaga de conejos que sufrían. A
esta visita también asistieron
representantes de Huesca y Teruel.
Según detalla Bazán, en
Utiel pudieron ver cómo se está
actuando en las cercanías de las
vías del AVE, contando con la
colaboración de ADIF y la Generalitat
Valenciana, ya que estas zonas son verdaderos
nidos de conejos puesto que, como regla
general, no está permitido cazar en sus
proximidades. Además, se llevó
a cabo una reunión en la que se
expusieron todos los pasos que se han dado en
Utiel desde 2009 para erradicar la
superpoblación de conejos y en la que,
de nuevo, se volvió a poner de
manifiesto la implicación de
Administración, agricultores y
cazadores. Así, se expuso la existencia
de una normativa autonómica que
recoge los compromisos y obligaciones de
todas las partes. Por ejemplo, el agricultor
debe informar a la administración de
los daños sufridos y los cazadores deben
acudir a cazar a esas parcelas en un plazo
determinado.
Ahora, Jesús Bazán espera
que desde el Gobierno de Aragón se
pueda llevar a cabo una normativa similar
porque el acuerdo entre agricultores y
cazadores en Épila es total, pero «falta
que la DGA marque las pautas que han de
seguir». También se espera que la
Dirección General de Carreteras y ADIF
muevan ficha y autoricen la caza en las
proximidades de las vías de tren y las
autovías, donde anidan los conejos.