Txetxu Ezkerra, el abogado bilbaino, gran amante de la caza, que el pasado 15 de febrero encontró la muerte de forma violenta en el valle de Mena, será homenajeado por la Asociación para la Defensa del Cazador y del Pescador (Adecap). El día escogido será la XX edición del Día del Cazador y Pescador que un año más tendrá lugar en el campo de aviación de Dima.
Como cada año, la organización hará entrega de unas placas conmemorativas a aquellas personas elegidas por la asociación. En esta ocasión, Adecap ha escogido a Txetxu, reconocido amante de este deporte, para homenajearle a título póstumo. Será su esposa, Estibaliz, quien se encargará de recoger la placa conmemorativa en honor a Txetxu y a su trayectoria como cazador.
Las campas de Zumeltza recibirán, además de a los miles de incondicionales amantes de la caza y la pesca que cada año acuden a la cita, a los amigos de caza y compañeros de cuadrilla a las que Txetxu pertenecía. Los íntimos del letrado también realizarán su particular homenaje a su amigo para demostrar el aprecio y el cariño que aún sienten por él. «Ese día, todos acudiremos al encuentro en Dima con camisetas con su foto», adelantó Juan Carlos Izaguirre, compañero de caza y amigo de Txetxu. «No hemos hecho nada que él no hubiera hecho por nosotros en el mismo caso», reconoció Izaguirre.
Fueron precisamente estos compañeros quienes tras la desaparición del letrado bilbaino, a mediados del pasado mes de febrero, organizaron una batida por los montes del valle de Mena con la intención de encontrarle, si no a él, al menos algún indicio que pudiera verter algo de luz sobre su desaparición. El encuentro estuvo organizado por el entorno del letrado, pero sin embargo, por orden de la jueza instructora del caso, los profesionales de los equipos de rescate de montaña tanto de la Ertzaintza como de la Guardia Civil pasaron a dirigir la búsqueda.
Así el pasado día 5 de mayo, más de 500 personas, entre voluntarios y profesionales, se reunieron en municipio de Artieta con un firme propósito. Durante toda la mañana peinarían una extensión de 30 kilómetros cuadrados de monte entre Arza, donde se ubica la residencia de los dos detenidos por su implicación en la desaparición y muerte de Txetxu, y Berrandúlez, donde se encuentra la finca de 280 hectáreas cuya compraventa parece ser la causa del presunto homicidio.
Nuevas batidas La multitudinaria jornada finalizó sin los resultados esperados. Si bien no se encontraron firmes indicios sobre el paradero de Txetxu, lo que sí se consiguió fue remover las conciencias de aquellas personas que «por miedo a posibles represalias» no asistieron al encuentro. Gracias a la batida, el entorno del letrado recibió dos llamadas telefónicas. Dos testimonios que aportaron nuevas pistas con las que encarar la búsqueda. Las llamadas apuntaban a dos zonas «muy sensibles» que los detenidos visitaron con asiduidad los días posteriores a la desaparición.
Se abrió así un nuevo camino. Una nueva dirección hacia la que encaminar la búsqueda. Con la nueva información, el entorno de Txetxu decidió organizar dos nuevas batidas. Una de las búsquedas tendría lugar en el entorno de Villasana de Mena, en varios puntos que los testimonios anónimos concretaron. La segunda batida se proyectó en la zona de La Engaña entre la Merindad de Sotoscuevas y el municipio de Pedrosa de Valdeporres; una extensión de 4.000 hectáreas de montes, propiedad municipal, dedicados al pasto de ganado, donde los sospechosos poseen una parcela arrendada.
Dos búsquedas diferenciadas que se llevarían a cabo a finales de este mismos mes. Sin embargo, no fueron necesarias. Y es que, Doroteo y José Ángel B. B., los ganaderos meneses detenidos, quisieron antes personarse ante la jueza instructora con la intención de aportar una nueva versión de los hechos. Hasta ese día, a pesar que ambos comparecieron en varias ocasiones ante la Ertzaintza y ante la magistrada, siempre se habían ratificado en su declaración inicial, según la cual, ambos se mantuvieron en el valle de Mena el día la desaparición cuidando del ganado como acostumbraban a hacer.
Así, el pasado miércoles, 16 de mayo, los hermanos comparecieron ante la magistrada en los Juzgados de Getxo. En su declaración, larga y minuciosa, Doroteo reconoció que, en una ataque de ira, acabado con la vida de Txetxu a golpes, asumiendo toda la responsabilidad de los hechos y exculpando así a su hermano menor. Por su parte, José Ángel, en una comparecencia mucho más escueta y apocada afirmó que él tan solo colaboró en el traslado del cadáver.
Fue en La Engaña, donde se preveía realizar una de las batidas, donde se localizó el cuerpo de Txetxu, tres meses después de su desaparición. El homicida confeso guió a la comitiva judicial hasta el lugar donde se encontraba; una sima de unos 8 metros de profundidad en cuyo fondo fue econtrado el cadáver envuelto en una bolsa.