El GOB ha pedido que se prohíba la caza en los terrenos incendiados al considerar que los fuegos forestales «comportan un cambio dramático de las condiciones ambientales en las áreas incendiadas, puesto que la vegetación desaparece completamente y la recuperación de las comunidades vegetales que antes cubrían la zona requerirá un cierto tiempo, que puede ser de años o décadas».
El grupo ecologista ha señalado en un comunicado que «la fauna presente en las zonas incendiadas se ve gravemente afectada por esta situación». En este sentido, ha añadido que «las poblaciones presentes en la zona o bien huyen o bien mueren». Además, al cabo de unos meses, al iniciarse naturalmente la recuperación forestal, «muchas de estas especies vuelven a la zona, si bien las condiciones de supervivencia serán más complicadas».
El GOB ha explicado que la carencia de suficiente cobertura vegetal «hace a los animales mucho más vulnerables a los depredadores». De la misma forma, en el caso de las especies cinegéticas, «serán mucho más visibles, accesibles y, por lo tanto, abatibles por parte de los cazadores».
Por otra parte, los ecologistas han recordado que mientras la semana pasada estaba en activo el incendio de Benirràs (Ibiza), se generaron otros dos fuegos forestales en las zonas de la marina de Son Doblons en Petra y la periferia de s’Albufera en Sa Pobla, que obligaron a que parte de los medios de extinción aéreos que estaban en Ibiza tuvieran que desplazarse a Mallorca para sofocarlos.
Los ecologistas han señalado que estas dos zonas mallorquinas quemadas «son importantes zonas de caza, y llama la atención la frecuencia con la que sufren incendios forestales». En este sentido, han afirmado que estos dos incendios «probablemente fueron provocados».
En opinión del GOB, los recientes incendios en Mallorca «ponen de manifiesto la necesidad de regular la caza en zonas quemadas». Así, han apuntado que estos dos casos «son un buen ejemplo de la necesidad de implantar en Baleares la prohibición de la caza en terrenos recientemente quemados».
Por ello, el GOB ha reclamado a la Conselleria de Medio Ambiente y Movilidad la prohibición de cazar en zonas quemadas hasta cinco años después del incendio, en cualquiera de sus modalidades, en los terrenos que se hayan quemado desde el 1 de enero de 2006 o se quemen a partir de ahora.
«A pesar de que cinco años son generalmente insuficientes para la recuperación de la vegetación a su estado original, consideramos que al menos la cobertura herbácea y arbustiva habrá mejorado para dar refugio a las diferentes especies de fauna», ha concluido.
Situación a otras comunidades mediterráneas
Los ecologistas han destacado que este tipo de regulación ya se ha hecho efectiva en otras regiones mediterráneas que presentan una fauna cinegética similar a la balear y comparten igualmente la problemática de los incendios forestales. Así, las comunidades autónomas de Cataluña, Valencia y Murcia prohíben la caza en las zonas incendiadas.