Las últimas
monterías que se están
realizando en las áreas de
montaña próximas a las
reservas están causando una seria
preocupación entre los monteros.
No se trata del número de
animales abatidos, menos que el pasado
año, sino y muy especialmente en que
el porcentaje de machos es abrumador. Se
están consiguiendo ejemplares con
bocas espectaculares, pero todos se preguntan
dónde están las hembras y los
rayones.
Para Lourdes, responsable de la cuadrilla
Vegalión, la explicación
está en la abundancia de lobos.
«Llevamos cinco monterías, en
todas hemos conseguido resultados, pero
también en casi todas hemos visto
lobos», comenta. Los animales que se
están abatiendo son machos
extraordinariamente agresivos. «Nunca
—prosigue Lourdes— hemos
tenido tantas bajas en los perros. El otro
día un montero tuvo que subirse a un
haya y pedir auxilio por la emisora ante el
ataque de un jabalí. Tuvo
auténtico miedo a que se partiera la
rama, ya que el «Gocho» no le
quitaba la vista de encima. Al final
llegó otro montero con un rifle y pudo
abatirlo. Están rabiosos y esto es por
los ataques casi diarios de los lobos.»
En la última montería realizada
en Valbuena del Roblo Miguel, de la cuadrilla
Vegalión, consiguió abatir a un
macho de 123 kilos, pero no fue el
único pues se mataron dos mas con
muy buena boca.
Un macho de cien kilos, con navajas
afiladas, puede defenderse bien de los
cánidos, incluso aunque sea atacado
por varios a la vez. El lobo es un animal muy
inteligente que sabe perfectamente que si el
«cochino» le alcanza puede
ocasionarle heridas mortales. Una hembra,
bien preñada o bien con rayones, lo
tiene más complicado. En el segundo
caso defenderá a sus crías
hasta la muerte, pero acabará
sucumbiendo en un ataque combinado. De
hecho y en los excrementos analizados del
lobo, se encuentran con mucha frecuencia
cerdas y trozos de piel que son muy
difíciles de digerir.
La densidad de cánidos
está preocupando muy seriamente a la
propia guardería de las reservas. De
hecho, y hasta alcanzar el cupo establecido,
los cazadores locales pueden matar lobos sin
tener que pagar las cantidades con que se
cotiza el animal que alcanza un precio de
salida de 1.200 euros en las subastas. En
medios cinegéticos se comenta que, en
la Sierra de la Culebra, los ecologistas
defensores del lobo han llegado a comprar
permisos en las subastas para evitar que sean
cazados.
En los maizales, por el contrario,
predominan las hembras con rayones. La
facilidad para alimentarse, unida a la
protección que ofrecen los extensos
campos de cereal, mueven a las jabalinas
hacia el llano.
El peligro del lobo no desaparece por
completo, ya que en muchas ocasiones se
desplazan también siguiendo su rastro,
pero cuando bajan del monte lo hacen de
forma esporádica, pues el peligro cerca
de las carreteras y de las poblaciones es
mucho mayor para el cánido. Es pronto
todavía para hacer un
pronóstico de la abundancia de
jabalíes en los campos de maíz.
Hasta la fecha se ha cosechado muy poco ya
que, cuando comenzaba a secarse, ha
cambiado el tiempo.
Es cierto que se aprecia bastante huella y
que en algunas fincas ya se han producido
considerables daños. En los primeros
días de la temporada de caza menor,
los perros han sacado jabalíes de forma
ocasional, pero todavía es pronto para
que se puedan batir los maizales con
posibilidades de éxito. Si la nieve
comienza a cubrir las cumbres más
altas, las monterías alcanzarán
su mejor momento.