La actividad cinegética se
centra ahora en las monterías de
jabalí que todos los fines de semana se
desarrollan en los cotos, hasta que el
día 26, cuarto domingo de octubre,
arranque la temporada de caza menor. En
líneas generales no se están
produciendo grandes resultados.
Es cierto que en la mayor parte de
monterías se ven jabalíes y se
consiguen abatir algunos, pero muy lejos de
los resultados espectaculares que se dieron el
pasado año al final de la
campaña. El otoño lluvioso
mantiene el monte en muy buenas condiciones
y los frutos de bellota, hayucos y
castañas son abundantes, a pesar de lo
cual se sospecha que, en buena medida, las
camadas han abandonado los bosques rumbo a
los campos de maíz.
Faltan todavía varias semanas,
incluso meses, para que comience la
recolección del cereal y los campos
presentan un magnífico aspecto. Tan
solo las escasas parcelas que se dedican al
cultivo para ensilar han sido recogidas, por lo
que batir al jabalí resulta imposible
todavía.
Los problemas suscitados con los
rehaleros, a los que se obligaba a declarar su
actividad y darla de alta en el registro de
actividades económicas con las
consiguientes obligaciones laborales, parece
que se han resuelto al constatarse que en
León no existen rehalas profesionales y
si aficionados que mantienen algunos perros
que, en ocasiones pueden llegar a alquilar
cubriendo los gastos de
desplazamiento.
Ahora surge un nuevo problema en las
reservas de Riaño y Mampodre. La
Dirección General del Medio Natural de
la Junta ha informado a los agentes forestales
que deben obligar a los cazadores que
participan en las batidas de jabalí a
recoger las vísceras de estos animales
y llevarlas a unos contenedores especiales con
el fin de incineralas.
El motivo estaría en el intento de
eliminar el brote de tuberculosis que padece la
comarca. Con este fin se va a facilitar a los
responsables de las cuadrillas guantes
adecuados y bolsas estancas para que
éstos, a su vez, las repartan entre los
monteros. Los contenedores se
instalarán en Burón, Boca de
Huérgano, Oseja de Sajambre y
Valdeón. Cuando proceda serán
retirados por la empresa Revisa que los
destruirá en su planta de Cabreros del
Río.
Para los cazadores esto no deja de ser una
nueva ocurrencia de alguien que
«trabaja en los despachos y no ha
pisado el monte en su vida». Realizar
esta labor, y mas en la alta montaña,
resulta sumamente difícil.
Además la naturaleza, que es muy
sabia, recicla estos restos en pocas horas.
Precisamente las poblaciones de buitre
necesitan animales muertos y restos
orgánicos para sobrevivir. Siempre que
hay una montería estas aves
carroñeras se dejan ver, pues su instinto
les advierte de que tienen alimento a la
vista.
En todo caso, los titulares de las cuadrillas
son los responsables y, sin ninguna duda,
harán cumplir las nuevas normas. A
partir de ahora serán notificados del
protocolo enviado desde Valladolid y
también se les facilitará el
material adecuado de bolsas estancas y
guantes.