El Puente del Pilar suele ser
considerado, en medios cinegéticos, la
fecha de inicio de la temporada de caza. Hace
años el 12 de octubre se iniciaba la caza
menor, pero posteriormente se decidió
retrasar su apertura hasta el cuarto domingo
del mes para permitir el óptimo
desarrollo de las polladas de perdiz.
La temporada de jabalí se inicia a
finales de septiembre, pero en los primeros
días es muy difícil batirlo por el
calor y la sequedad del monte que impide
trabajar a los perros de rastro, por eso es a
partir del Pilar cuando se programan el mayor
número de monterías.
No han tenido suerte los monteros en esta
ocasión. El mal tiempo ha venido a
frustrar las ilusiones de un gran
número de aficionados con
monterías programadas que han debido
de suspenderse. La lluvia es un elemento
meteorológico incómodo, pero
que los cazadores están dispuestos a
sufrir. La niebla, sin embargo, es determinante
pues reduce la visibilidad y con ello incrementa
los riesgos de accidentes. No se puede cazar
con niebla y, por desgracia, ha abundado el
pasado fin de semana.
En Riaño y Valdeón, en
Omaña, en la Cabrera los bancos de
niebla y nubes bajas han dado al traste con
innumerables cacerías. No quiere esto
decir que se pierdan, sino que se programen
para nuevas fechas con el riesgo de que, a
medida que avance el otoño y comience
el invierno, la nieve pueda aparecer e
impedirlas de nuevo.
En la comarca del Bierzo, donde ya ha
comenzado de forma plena la recogida de
castañas, se han dado varias
monterías con resultados bastante
flojos, pero lo cierto es que la presencia de
recogedores en el monte distorsiona las
cacerías. Por la zona del
Curueño y Torío también
se ha cazado. Destaca la presencia en estas
zonas de grandes machos, pero de muy pocas
camadas de hembras con rayones. Es pronto
todavía para hacer
diagnósticos, pero siempre que ocurren
estas cosas el lobo aparece como el causante.
Los grandes machos son muy difíciles y
peligrosos para los cánidos, pero no
así los rayones. Las hembras defienden
con gran coraje a sus crías, pero ante
el ataque de varios lobos tienen escasas
posibilidades de mantener intacta la
camada.
El monte tiene, este año, gran
cantidad de alimento para la fauna. Los robles
y encinas están plagados de bellotas y
de gran tamaño. Moras, hayucos y otros
frutos silvestres abundan también esta
temporada. Es por ello que todavía los
jabalíes no se han desplazado hacia el
sur de forma masiva y en los campos de
maíz todavía se aprecia poca
huella. Las cacerías en estas zonas
suelen producirse más tarde cuando la
recolección reduce de forma sensible
las grandes ‘manchas’ de
maíz.