Jorge Teniente Vallinas es el presidente en Navarra de la Asociación Española para la Mejora de los Salomónidos (AEMS), que cuenta con 20 socios de pago fijo y con 200 colaboradores en la Comunidad foral. Combina su pasión por la pesca con la docencia. Es profesor de Ingeniería de Telecomunicaciones en la Universidad Pública de Navarra. Su objetivo es que los ríos forales recuperen el esplendor perdido.
¿Cuál es la situación actual de los ríos navarros?
No es muy buena. Sobre todo, de cara a lo que nos gusta a los pescadores que es la trucha. Pese a haber estado vedada, la trucha se ha recuperado desigualmente. En algunos bien, pero en otros ni vedando. Y en esos lugares, el futuro no se ve con optimismo. Hablo de ríos míticos como el Roncal, el Ezka, el Salazar, el Ega…
¿Y por qué estos ríos no están en una buena situación?
Los problemas no han venido de la presión de pesca. Sino por otros factores como el desarrollo humano y los factores ambientales.
¿En Navarra, qué factores humanos han influido?
No se puede señalar a uno, seguro que me equivocaría. Influyen los aprovechamiento hidroeléctricos, que dejan sin el suficiente caudal al río; la acumulación de obstáculos; o la degradación de riberas. Un ejemplo cercano es el río Baztan-Bidasoa. Desde Santesteban hacia el norte se ha recuperado con la veda. Pero hacia el sur no, y los aprovechamientos hidroeléctricos son brutales.
Y cuando habla de factores ambientales, ¿se refiere al cambio climático?
El Gobierno de Navarra nos ha presentado estudios sobre la distribución de lluvias. En realidad, cae la misma agua que hace 50 u 80 años, pero el reparto es diferente. Antes había dos épocas de lluvia: otoño y primavera. Ahora, el otoño es más seco y en primavera se han incrementado. No sé si tiene que ver con el cambio climático o no. Pero son datos.
Usted, ¿qué medida urgente propondría para recuperar los ríos navarros?
La recuperación del hábitat. De ninguna manera, las repoblaciones, salvo que la población sea cero.
¿Por qué?
Porque se produce una degradación genética y un empeoramiento. Por ejemplo, las truchas del Ezka, genéticamente, no son muy puras. Quizá sea por eso. En los años 80, se hicieron muchas repoblaciones.
¿Dónde ha dado buenos resultados la veda?
En el Urederra, el Bidasoa, el Lizarán, el Erro, el Irati o algunos tramos del Arga etc. Ahí sí se ha notado que había demasiada presión de pesca.
¿El Gobierno de Navarra está haciendo lo suficiente por preservar los ríos?
Como toda administración, funciona despacio. Pero en Navarra, al contrario que en otras, por lo menos funciona. Pero, por ejemplo, en el tema de la pesca sin muerte están anquilosados desde hace mucho tiempo. Pedimos que haya más tramos sin muerte. Hemos pedido el 15% de los tramos principales.
¿Tiene esperanza en que les hagan caso?
Creo que un poco se están concienciando, quizá tomen alguna medida. Pero en el Bidasoa tenemos una «pelea» muy grande. La presión de los pescadores de la zona está impidiendo que se instaure un tramo de pesca sin muerte, y es donde más peces hay. Nuestra impresión es que, al Gobierno de Navarra, no le interesa políticamente.
¿La pesca sin muerte está adquiriendo adeptos o está estancada?
En España, hay más cada día. En Navarra se produjo un boom a finales de los años 90. Cuando usted va a pescar a un tramo sin muerte, las truchas van creciendo. Quizá, sólo pesque dos peces… pero de medio metro. La gente, hoy en día, va a pescar por la afición, no por lo que se pueda llevar a casa.
Entonces, propone cambiar el patrón de valores de la pesca: calidad por cantidad.
Sí. Eso es. Los tiempos han cambiado, nadie piensa en que va a disfrutar llevándose las truchas a casa, sino gozando de la naturaleza. Ir a la tienda es más económico, si tenemos en cuenta el trayecto hasta el río, y cuesta mucho menos esfuerzo. Hemos conseguido convertir a la pesca sin muerte hasta a algunos abuelos.
¿Y cómo lo han hecho?
Nos los hemos llevado y han visto que había peces grandes. Quedaban fascinados con el tamaño y nos decían que alguno se llevarían a casa. Pero les mostrábamos que si nos llevásemos todos los pescadores a alguna, no habría esa calidad.
¿Es más fácil convertir a los niños y a los jóvenes?
Mucho más. Los concienciamos en una pesca moderna, sin muerte. Pero depende mucho de los progenitores. También hemos visto como los críos han cambiado a sus padres. No es lo mismo que se lo digas tú, que su hijo de doce años. Cuando la Escuela de Pesca del Roncal tenía peces, organizamos algunos cursillos. Les hacíamos pescar a mosca. Y a los padres se les caía la baba. Le hemos pedido al Gobierno de Navarra que cree una escuela de pesca. Así, tendremos un relevo generacional.
¿Qué pueden hacer los pescadores navarros para cuidar sus ríos?
Que prueben la pesca sin muerte o que empiecen a soltar peces. No pasa nada por no llevarse nada a casa. Si quieren
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