Walter Palmer quiso llevarse la
palma con su trofeo del león ‘Cecil’,
pero el tiro le ha salido por la culata. De
hecho, el dentista de Bloomington (Minnesota)
está sufriendo ya en propia carne una
persecución legal y mediática
por parte de conservacionistas, organizaciones
defensoras de los derechos de los animales y
ciudadanos de a pie. Palmer se ha visto
obligado a cerrar su consulta, Twin Cities.
El cazador rompió ayer su silencio
para asegurar que creía que contaba
con «todos los permisos»
necesarios para la caza. Palmer
reconoció que «no tenía
ni idea» de que ‘Cecil’ fuera el
león símbolo de la vida salvaje
en Zimbabue y aseguró que se
basó en la «experiencia»
de los guías locales para garantizar una
«cacería legal».
«Lamento profundamente que el
ejercicio de una actividad (la caza) que amo y
practico de forma responsable y legal llevara a
la muerte de este león»,
dijo.
El dentista ha hecho llegar una nota a sus
pacientes en la que les advierte del cierre de
la consulta, donde asegura que no comentaba
su afición cinegética. «No
suelo hablar de la caza con mis pacientes, ya
que suele ser un tema que provoca
división de emociones. Entiendo y
respeto que no todos compartan mi
opinión sobre la caza»,
sostiene.
43 piezas para presumir
El dentista de Minneapolis ha sido un
practicante asiduo de la caza mayor con arco y
flechas. Pertenece al Safari Club Internacional,
una organización que agrupa a unos
55.000 cazadores en todo el mundo. En su
libro de registro, el Safari Club recoge 43
animales cazados por Palmer. La lista incluye
alces, ciervos, búfalos, un oso polar y
un puma.
El dentista cazador ha tenido problemas
con la ley en dos ocasiones. Fue multado y
condenado por encubrir la caza ilegal de un oso
negro en Wisconsin y también fue
sancionado por pescar sin licencia en el
condado de Otter Tail, a 200
kilómetros de su casa.
Por su parte, un tribunal de Zimbabue
dejó ayer en libertad bajo fianza de
900 euros al cazador profesional Theo
Bronkhorst y a Honest Ndlovu, dueño
del parque natural privado donde aparecieron
los restos de ‘Cecil’. Ambos, que
deberán presentarse ante el juez el
próximo 5 de agosto, cobraron a
Palmer unos 45.000 euros por la batida
celebrada el pasado 7 de julio y que
concluyó con una agonía de
cuarenta horas por parte del
león.
Theo Bronkhorst ofrece sus servicios como
guía para la agencia Bushmen Safaris.
En su web da la posibilidad de cazar con arco
jirafas, búfalos, kudus y cebras. La
pieza más cara (a 3.200 euros) es un
niala, una especie de antílope
sudafricano.